Foto: Guillermo Castillo
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Las enfermeras militares, Diana Laura Villalobos Ramírez y Ángeles Ortega Islas, personifican el compromiso diario, atendiendo tanto a derechohabientes del sistema de seguridad social militar como a civiles que acuden al Hospital en busca de atención médica.

Aunque desde 2021 la celebración oficial del Día Internacional de la Enfermera y el Enfermero por decreto presidencial se conmemora en México el 12 de mayo, el espíritu de servicio y la vocación de cuidado se mantienen presentes en cada jornada en el Hospital Militar de Especialidades Mérida por parte de su cuerpo de enfermería.

Diana Laura y Ángeles representan un importante puente entre la institución militar y la comunidad civil ya que su labor trasciende el uniforme, brindando atención y cuidados a personas de diversos orígenes y circunstancias.

Desde un soldado que requiere atención especializada hasta un ciudadano que busca una mano amiga en momentos de vulnerabilidad, demostrando la esencia humanitaria de su profesión.

Para ambas la enfermería es más que un trabajo; es una vocación. Su dedicación y empatía se reflejan en cada interacción con los pacientes, ofreciendo no solo cuidados médicos, sino también apoyo emocional y comprensión. En un entorno que a menudo puede ser estresante y desafiante, su presencia reconfortante marca la diferencia.

Diana Laura explicó que existen similitudes entre el servicio que se presta en instancias de salud civiles y las militares que son el compromiso mismo, sin embargo, también hay grandes diferencias como desde el pase de lista como rutina castrense, así como las actividades inherentes de la profesión, pero desde una formación adquirida por cuatro años en la milicia.

“Las y los enfermeros por así decirlos tenemos dos trabajos, uno como profesionales de la salud, pero también aquel para con la nación. Entonces debemos aprender a repartir nuestros tiempos”, explicó.

Ángeles consideró que la preparación de la licenciatura en Enfermería Militar, es una buena opción para las juventudes que están interesadas en este perfil profesional, ya que los beneficios que reciben una vez concluido sus estudios son gratificantes, tanto como profesionistas, así como de servicio a la comunidad.

“Yo los mejores recuerdos que tengo al iniciar mis estudios en enfermería militar es que tal vez luego es complicado recordar a todos los pacientes, pero ellos sí que te recuerdan a ti, son agradecidos y eso es gratificante”, apuntó.

Su dedicación, humanismo, profesionalismo y compromiso con el cuidado de la salud son fundamentales para el bienestar de la sociedad. Diana Laura y Ángeles, con su trabajo diario en el Hospital Militar de Especialidades Mérida, son un claro ejemplo de la invaluable contribución de estos profesionales de la salud.

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