Cada año, después de partir la tradicional rosca de Reyes, miles de mexicanos encuentran pequeños muñequitos de plástico en su pan.
Sin embargo, estos objetos pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente, ya que su acumulación contribuye a la contaminación. La buena noticia es que, en lugar de tirarlos, puedes reciclarlos y ayudar a una causa noble.
¿Cómo puedes apoyar la lucha contra el cáncer infantil?
Banco de Tapitas A.C. invita a todos a juntar los muñequitos de la rosca junto con las tapitas de plástico. Ambos materiales están hechos del mismo tipo de plástico, lo que facilita su reciclaje.
Además, con tu colaboración, ayudas a niños con diagnóstico de cáncer a recibir apoyo para su tratamiento, mientras reduces la huella ambiental de los plásticos de un solo uso.
Impacto de la contaminación por muñequitos de rosca
En México, la contaminación generada por los muñequitos de la rosca alcanza más de 17 toneladas anuales.
Este material plástico, al no ser reciclado adecuadamente, se acumula en vertederos y contamina los ecosistemas.
Afortunadamente, iniciativas como Banco de Tapitas A.C. buscan cambiar esta realidad al incentivar el reciclaje y, a la vez, contribuir al bienestar de los pacientes con cáncer infantil.
Cómo donar las tapitas y muñequitos
Si te tocó un muñeco en la rosca, puedes llevarlo a cualquier centro de acopio de Banco de Tapitas A.C.
Después de limpiarlo y secarlo, estarás listo para hacer tu donación. Este material será utilizado para recaudar fondos para apoyar a niños y niñas con cáncer a través de diversos programas.
Aquí puedes localizar el centro de acopia más cercano: Centros de Acopio en Yucatán
¿Quiénes son?
Banco de Tapitas A.C. comenzó en 2015 como un movimiento estudiantil para recaudar fondos a través del reciclaje de tapitas de plástico. Con el paso de los años, la organización ha logrado expandirse por todo México y ahora está buscando internacionalizarse para continuar con su misión de apoyar a pacientes oncológicos.
En conclusión, en lugar de desechar esos muñequitos que te tocaron en la rosca, ¡úsalos para hacer una diferencia! Reciclarlos es un gesto simple, pero de gran impacto, que puede cambiar la vida de muchos niños y, al mismo tiempo, ayudar a cuidar nuestro planeta.