Foto: Cortesía

En Mérida persisten importantes retos para garantizar la inclusión plena de las personas con discapacidad visual a través de la infraestructura en braille. Aunque desde 2015 la Ley para la Inclusión de las Personas con Discapacidad del Estado de Yucatán obliga a implementar herramientas de accesibilidad en espacios públicos y privados, los avances son limitados.

En el marco del Día Mundial del Braille, Carolina Méndez, quien tiene discapacidad visual, compartió su experiencia. 

Es frustrante encontrarte con que muchos edificios no tienen señalización en braille o pisos táctiles. Incluso cuando los hay, a veces están mal colocados o incompletos. Esto no solo afecta nuestra movilidad, sino también nuestra independencia y dignidad,” compartió con 24 HORAS Yucatán.

De acuerdo con la plataforma Data México del gobierno federal, en 2023 vivían aproximadamente 90 mil 600 personas con discapacidad visual, es decir, el 20% de la población del país. En Mérida se registraron 23 mil 925 con esta condición.

La normativa establece que lugares como oficinas gubernamentales, hospitales, escuelas y centros comerciales deben contar con señalización en braille y a pesar de que buena parte de estos inmuebles cuentan con el sistema, existen otros que no cumplen. 

Además, las iniciativas de accesibilidad en el transporte público, como anuncios sonoros y en braille, aún no se han extendido a todas las rutas, solo las del Va y Ven.

En varias ocasiones se ha señalado la falta de supervisión y sanciones como uno de los principales obstáculos: “Sin una autoridad que realmente exija el cumplimiento de estas leyes, seguiremos enfrentando barreras que nos excluyen del acceso a servicios esenciales”, lamentó Méndez.

Un enfoque más integral

Diana Morales, psicóloga especializada en inclusión social, consideró que es necesario un enfoque más integral. 

“La accesibilidad no solo implica infraestructura, sino también un cambio cultural. La sociedad debe entender que estas herramientas no son un lujo, sino una necesidad básica para garantizar los derechos de las personas con discapacidad visual,” expuso la especialista.

Además, precisó Carolina Méndez que las universidades y bibliotecas han comenzado a incorporar materiales en braille y audiolibros, pero estos avances benefician a una minoría de la población: “No pedimos privilegios, solo queremos igualdad de oportunidades”.

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