Tras el frenesí comercial del 24 de diciembre, la ciudad de Mérida amaneció este 25 de diciembre en calma absoluta, ofreciendo un contraste notorio con el bullicio del día previo. Las calles vacías, los comercios cerrados y una atmósfera serena marcaron el inicio de la Navidad en la capital yucateca.
Montejo
El Paseo de Montejo se convirtió en un refugio para quienes decidieron ejercitarse en un entorno libre de tráfico. Una decena de corredores y ciclistas aprovechó la ausencia de automóviles para disfrutar del aire fresco y la belleza arquitectónica de la zona.
José Castillo, un corredor habitual de la avenida, comentó: “Es raro ver Montejo tan vacío; parece que la ciudad nos pertenece”.
En contraste, algunos grupos de turistas recorrieron la avenida guiados por operadores turísticos. Estas visitas incluyeron paradas obligadas en puntos como el Monumento a la Patria y el remate de Montejo, que ofrecieron una vista despejada y poco común.
“Es increíble tener estos lugares casi para nosotros solos, se siente especial,” expresó Emily Rogers, visitante de Chicago.
Centro Histórico
El Centro Histórico de Mérida también recibió a un número significativo de turistas. La Plaza Grande fue el punto de encuentro para al menos un centenar de visitantes que exploraron la Casa de los Montejo, el Palacio de Gobierno y la Catedral de San Ildefonso, cuya Puerta del Perdón permaneció abierta con motivo del nacimiento de Cristo.
“La Catedral es impresionante, y la tranquilidad del día la hace aún más especial,” mencionó Ana López, turista española.
Los comercios del Centro, salvo aquellos dedicados a la venta de artesanías, mantuvieron sus puertas cerradas.
Artesanos y comerciantes
Por su parte, los artesanos reportaron una jornada provechosa gracias al turismo: “Navidad siempre es bueno para nosotros; los turistas buscan llevarse un pedacito de Yucatán,” afirmó Lucía Uicab, vendedora de una de las tiendas que laboró.
Mientras tanto, en las zonas comerciales modernas de la ciudad, el panorama fue distinto. Plazas y tiendas departamentales permanecieron cerradas, y los supermercados que operaron lo hicieron casi sin clientela.