En un mundo dominado por pantallas táctiles, videojuegos de última generación, existe un rincón donde el tiempo pareciera detenerse: los comercios que ofrecen juguetes tradicionales.
Lejos de desaparecer, juguetes como trompos, yoyos, carritos de madera y baleros, resisten el paso del tiempo para muchos siguen siendo un regalo apreciado, tanto por niños como por adultos nostálgicos, por lo que son una opción más para regalar esta navidad.
Juguetes con historia
En la capital del estado está La Ranita Feliz, un espacio que se ha convertido en un espacio para aquellos que buscan revivir la magia de la infancia a través de objetos sencillos pero llenos de historia.
Estos juguetes no son meros objetos de entretenimiento, sino más bien representan un vínculo con el pasado, con las raíces culturales, con una forma de juego más interactiva y social.
En una época donde la tecnología aísla lo mismo a infancias, juventudes y personas adultas, los juguetes tradicionales invitan a la interacción, al aprendizaje de habilidades manuales, pero sobre todo a compartir momentos en familia o con amigos.
Regalos tradicionales
Diana, empleada de esta tradicional juguetería que se localiza a uno metros del acceso principal del mercado Lucas de Gálvez, asegura que no van a pasar de moda e incluso comentó que estas son fechas cuando, locales y extranjeros piden estos juguetes tradicionales para regalar.
Explicó que para los visitantes les llama la atención estos objetos llenos de color, pero al mismo tiempo se admiran del trabajo de los artesanas que los elaboran.
“Estas fechas como Navidad solemos vender juguetes como trompos, yoyos, tablitas mágicas, baleros, al extranjero le llama mucho la atención y los nacionales siguen pidiendo para regalar”, indicó.
Para todos
Explicó que hay precios para todos los bolsillos que van desde los 30 hasta los 100 pesos. Para Diana es un buen pretexto para que estas creaciones no queden en el olvido.