Foto: Cortesía

El fin de año trae consigo celebraciones que, aunque populares, tienen un impacto adverso en ciertos sectores de la población. Entre ellos, destacan las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quienes, debido a su hipersensibilidad auditiva, enfrentan episodios de estrés, autolesiones y conductas disruptivas por el uso de pirotecnia.

Sandra Erosa Espinosa, directora de la Asociación Yucateca de Lucha Contra el Autismo (Ayuda), explicó que los sonidos fuertes e inesperados son particularmente difíciles de procesar para las personas con TEA, ya que los perciben de manera más intensa. 

“Muchas personas con autismo -aunque no todas- son propensas a alteraciones sensoriales, ya sea en lo visual, olfativo o auditivo”, detalló en entrevista con 24 HORAS Yucatán.

La especialista destacó que la hipersensibilidad auditiva frecuente en estas personas puede hacer que perciban los sonidos de forma exagerada, lo que provoca reacciones como ansiedad, llanto, esconderse o incluso autolesionarse. 

En este sentido, llamó a la sociedad a reflexionar sobre los daños que la pirotecnia genera no sólo en las personas con TEA, sino también en el medioambiente, animales y otras comunidades vulnerables.

Reiteró que “la mayoría de las personas con TEA presentan algún tipo de alteración sensorial, y la hipersensibilidad auditiva es una de las más comunes”.

Esto, precisó, genera una respuesta desproporcionada a los sonidos fuertes, exacerbada por la dificultad para procesar dicha información. Ante estas crisis, Sandra Erosa recomendó implementar determinadas estrategias.

Una de ellas, prosiguió, radica en enseñar a los niños a autorregularse mediante audífonos bloqueadores de sonido o tapones auditivos. También son recomendables los apoyos visuales como pictogramas para anticipar estos eventos.

De igual modo, la experta aconsejó a la sociedad a identificar las viviendas en donde habitan personas con TEA; y a los familiares a señalizarlas, invitando a sus vecinos a evitar el uso de pirotecnia en las cercanías.

Erosa reconoció que regular el uso de la pirotecnia es un desafío debido a la arraigada tradición, pero hizo énfasis en la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre las consecuencias de esta práctica. 

“Es fundamental educar a las familias y desarrollar campañas gubernamentales enfocadas en minimizar su impacto”, sentenció.

Actualmente no existen cifras oficiales respecto a cuántas personas presentan TEA. Sin embargo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 1% de la población mundial nace con esta condición.

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