Un giro en la cronología lunar

Un reciente estudio publicado en Nature desafía las teorías previas sobre la edad de la Luna, situando su formación apenas 55 millones de años después del inicio del sistema solar. Este nuevo cálculo implica que el satélite de la Tierra es significativamente más antiguo de lo estimado anteriormente, según los análisis de rocas lunares cristalizadas hace 4.350 millones de años.

El coautor del estudio, Alessandro Morbidelli, explica que esta nueva línea de tiempo encaja mejor con los modelos de formación planetaria y resuelve inconsistencias relacionadas con cristales de circón datados en más de 4.500 millones de años.

La segunda fusión de la Luna

El estudio introduce un fenómeno revolucionario en la historia lunar: una segunda fusión parcial provocada por la interacción gravitacional con la Tierra.

  • Tras su formación inicial, la Luna se distanció de la Tierra en una órbita más inclinada, causando fuerzas de marea extremas.
  • Estas fuerzas derritieron parcialmente el manto lunar, afectaron la corteza y desencadenaron erupciones volcánicas que remodelaron su superficie.

“Este proceso reinició los relojes radiactivos de las rocas lunares, explicando por qué parecen tener edades similares,” señala Morbidelli.

Paralelismos con Ío y nuevas perspectivas

Este tipo de actividad volcánica, causada por fuerzas gravitatorias, sigue ocurriendo en lunas como Ío, de Júpiter. Sin embargo, en el caso de la Luna, el fenómeno dejó huellas únicas, como un déficit de cuencas de impacto y rellenos magmáticos que alteraron su topografía.

Un enfoque innovador para entender el pasado lunar

La clave de este avance radica en combinar modelos dinámicos y térmicos que permiten reinterpretar los datos geológicos conocidos.

  • Los investigadores proponen que las fuerzas de marea fueron responsables de una segunda cristalización de la corteza lunar, dándole sus características actuales.
  • Este enfoque también resuelve discrepancias en la datación de las rocas lunares y redefine el papel de los procesos internos en la evolución del satélite.

Conclusión

El estudio no solo redefine la edad y origen de la Luna, sino que también destaca la complejidad de los procesos que moldearon su historia. Como señala Morbidelli, estos hallazgos abren la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo interactúan los cuerpos celestes en el sistema solar temprano.

AFP

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