Desde hace 19 años la calle 51 A de la colonia Juan Pablo II, ubicada al poniente de Mérida, se transforma cada diciembre en un verdadero espectáculo de luz y color, debido a que la familia Saldívar Campos ha hecho de su hogar un emblema de la Navidad, atrayendo a cientos de visitantes que buscan maravillarse con su decoración navideña. Su hogar, que brilla con más de 500 adornos, se ha convertido en un referente de esta zona de la ciudad.

Adriel Saldívar Campos, hijo mayor de la familia, explicó que esta tradición comenzó hace casi dos décadas como un gesto sencillo inspirado por el gusto de su madre hacia la Navidad:

“Mis padres empezaron a instalar unos cuantos adornos cuando nos mudamos a la colonia, pero con los años, poco a poco, la decoración fue creciendo. Hoy, la casa se ha convertido en un lugar especial, tanto para nosotros como para quienes la visitan”, comentó en entrevista con 24 HORAS Yucatán.

Los adornos abarcan desde figuras clásicas como Santa Claus, renos, bastones y muérdagos, hasta piezas personalizadas que representan el espíritu de la familia. Entre luces, copos de nieve, esferas y detalles más pequeños, el montaje total requiere un esfuerzo titánico y la colaboración de todos quienes la integran. 

Adriel Saldivar explicó que el trabajo empieza desde enero con la planificación y la renovación de adornos:

“Es un proceso de todo el año. Diseñamos, mandamos hacer nuevos adornos y reciclamos algunos de años anteriores. Al final, el armado nos lleva entre cuatro y siete días intensos”, detalló.

El resultado es una vivienda que no solo celebra la Navidad, sino que también contagia el espíritu festivo a todos los que la visitan. “Antes me daba un poco de pena llamar la atención de la gente, pero ahora me siento orgulloso de que nuestra casa sea un punto de alegría para la comunidad”, confesó Adriel.

El impacto de la decoración ha trascendido las paredes de la casa Saldívar Campos. Inspirados por su dedicación, otros vecinos han comenzado a adornar sus propias viviendas, creando un corredor navideño por el rumbo que incrementa la magia del lugar. 

La afluencia de visitantes ha generado incluso un impulso económico en la zona, ya que pequeños negocios y emprendedores aprovechan la llegada de visitantes para vender refrescos, papas fritas, marquesitas, algodón de azúcar e incluso hamburguesas. 

La decoración navideña de esta vivienda también se ha convertido en un vehículo para realizar acciones solidarias,  por lo que este año, la familia organizó un evento especial con el propósito de recolectar juguetes para niños de la comisaría de Susulá.

“El domingo pasado hicimos un show navideño para invitar a la gente a donar juguetes. Fue un éxito; cerramos incluso la calle porque vinieron muchas personas. Los juguetes recolectados ya fueron entregados, y nos alegra mucho haber podido contribuir con un granito de arena”.

Para almacenar los adornos, la familia cuenta con una bodega dedicada exclusivamente a resguardar cada pieza. Aunque el espacio es limitado, el compromiso de mantener viva esta tradición los motiva a superar cualquier obstáculo:

“Es un reto, pero al final vale la pena cuando vemos la alegría en los rostros de las familias que nos visitan”, dijo. Y aunque no quiso revelar el costo de la instalación, como del pago de la corriente eléctrica, señaló que su familia lo hace con todo el cariño.

La iluminación y decoración están disponibles durante todo diciembre, convirtiendo la calle en un destino obligado para quienes desean sentir el espíritu navideño. La familia invita a todos los meridanos y visitantes a acercarse, tomarse fotos y disfrutar del ambiente festivo propios de las fiestas decembrinas.

“Nos encanta recibir a la gente; hay postrecitos y comida para que puedan pasar un rato agradable. Lo hacemos con mucho cariño y esperamos que todos puedan compartir nuestra alegría”, concluyó Adriel.

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