Las playas de Progreso han registrado la presencia de medusas carabelas portuguesas, lo que llevó a la Dirección de Turismo del puerto a limpiar los malecones para proteger a los visitantes. 

Fenómeno

Ante este fenómeno, las autoridades han emitido una serie de recomendaciones para evitar accidentes, incluyendo no tocar estos organismos, no sacarlos del agua, y caminar con precaución por la arena.

¿Qué son?

La carabela portuguesa (Physalia physalis) es un organismo marino con apariencia de medusa, aunque técnicamente es un hidrozoo, un tipo de colonia flotante compuesta por diferentes individuos especializados. 

Su característica más llamativa es su vela translúcida de colores azulados o rosados, que flota sobre el agua y puede medir hasta 30 cm de longitud.

Debajo de la superficie, sus tentáculos pueden extenderse hasta 10 metros y contienen células capaces de causar dolorosas picaduras.

Según el biólogo marino Rodrigo Vargas Herrera, la carabela portuguesa suele ser arrastrada hacia las costas por corrientes marinas y vientos. 

Presencia en Yucatán

“Su presencia en Progreso probablemente se debe a un cambio en las corrientes o condiciones climáticas, como vientos intensos provenientes del norte, que las desvían hacia la costa. Es común encontrarlas en zonas tropicales y subtropicales, pero su llegada a las playas no siempre es predecible”, explicó.

El contacto

Los tentáculos de una carabela portuguesa, detalló, puede causar desde irritaciones leves en la piel hasta reacciones graves como dolor intenso, náuseas, dificultad para respirar o, en casos raros, complicaciones más severas. 

Vargas Herrera subraya la importancia de no manipular estos organismos, incluso si parecen estar muertos. 

“Las células urticantes pueden seguir activas y liberar toxinas al entrar en contacto con la piel, por lo que es esencial mantenerse alejados y alertar a las autoridades en caso de avistarlas”, advirtió.

Precaución

Aunque el avistamiento de carabelas portuguesas puede resultar alarmante, el biólogo marino enfatizó que este es un fenómeno natural que debe ser manejado con precaución, pero no con pánico. 

“Es fundamental respetar las recomendaciones de las autoridades y entender que este es un ejemplo de cómo las dinámicas marinas pueden afectar nuestras actividades costeras. La prevención es la clave para disfrutar de las playas de manera segura”, concluyó.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *