La feligresía meridana y de otros puntos de la geografía yucateca se congregó en masa en la iglesia de San Cristóbal para celebrar a su patrona. El templo, sus alrededores y hasta las calles aledañas se tiñeron de los colores de la Guadalupana, mientras cientos de fieles se reunieron para agradecer por un año más de bendiciones.
La emoción era palpable dentro del santuario, donde los devotos abarrotaron cada rincón. La celebración eucarística se llevó a cabo en un ambiente de profunda espiritualidad, mientras que afuera, los peregrinos, muchos de ellos llegados de largas distancias, compartían sus experiencias y agradecimientos.
Adán Echeverría es originario de Homún junto a un vecino de su localidad emprendió su promesa de cada año, ir caminando desde su localidad hasta el Santuario Guadalupano de San Cristóbal.
"La imagen pesa unos 40 kilos, pero tenemos fe y con eso nos ayudamos para llegar a Mérida. Venimos a dar gracias por todo lo que nos dio en el año, hay que ser agradecidos", indicó.
Un grupo de sus paisanos llegaron también a San Cristóbal, solo que ellos usaron su bicicleta, primer destino pedaleando fue la Ciudad de México, seguido de Cárdenas, Tabasco, para finalmente tener como destino San Cristóbal en la capital del estado.
"Venimos en grupo en las bicicletas, poco a poco, lo más difícil es cuando pasaban cerca los camiones de nosotros en carretera, aguantar el frío también", apuntó Adolfo Euán, peregrino que por séptimo año consecutivo hace la travesía.
La alegría y la devoción se entrelazaron en una jornada inolvidable, demostrando una vez más la profunda fe del pueblo mexicano.
Las colonias también celebraron a la Guadalupana
La devoción por la Virgen de Guadalupe no solo se vive en el Centro Histórico de la capital yucateca, sino también es una arraigada tradición en las diferentes colonias, tal es el caso de Chuburná de Hidalgo.
Fue en la casa ejidal en donde decenas de feligreses, devotos de la Virgen de Guadalupe se dieron cita, charanga, mariachi y hasta un grupo de mujeres jaraneras engalanaron los festejos.
Poco después del mediodía los compases de la jarana fueron adornados con los pasos de baile de las Boxitas Jaraneras, vecinas de la colonia Buganvilias.
Fueron creyentes y ejidatarios quienes compartieron tacos de cochinita, mientras que el mariachi le canta las mañanitas a la Guadalupana.
Cientos de fieles esperarán con paciencia el próximo año para emprender una vez cada una de sus travesías proyectando su acción de gracias por las bendiciones que atribuyen a la Virgen del Tepeyac.