La bonanza inmobiliaria que experimenta Mérida ha traído consigo un crecimiento desmedido que está poniendo en jaque el acceso a servicios públicos básicos de sus habitantes, según alertó María Elena Torres Pérez, especialista en habitabilidad urbana arquitectónica e investigadora del Centro Regional Hideyo Nohuchi.
Demanda de servicios públicos
Torres Pérez señaló que la proliferación de grandes desarrollos inmobiliarios ha generado una demanda de servicios públicos que la infraestructura actual no puede satisfacer. Consideró que parte de principal de la problemática es la planeación, ya que este elemento determina que los tiempos de infraestructura y acceso a servicios se básico se realicen de -idealmente- de forma ordenada.
Explicó que hace mucho tiempo que la planeación la realiza la iniciativa privada, por lo son que las empresas que desean desarrollar un conjunto habitacional quienes meten sus papeles, sus recursos, los cuales son aprobados. Criticó que muchos de esos desarrollos los plantean a sus potenciales clientes una base de promesas que se tendrá acceso a servicios públicos, no obstante, en ocasiones esto no se cumple.
Déficit en áreas de equipamiento
Apuntó que particularmente en el área de donación, la cual es un espacio que las empresas de este tipo de desarrollos inmobiliarios deben de cumplir para dotar a la comunidad, más allá de lugares públicos como parques, en raras ocasiones se llevan a cabo, lo que deriva en déficit de áreas de equipamiento.
“Se ha dejado que sea la iniciativa privada la que cubra espacios de donación, por lo que los grandes desarrollos cubren necesidades de abasto comercial con tiendas departamentales, pero no es lo ideal para el equipamiento”, indicó.
Grandes desarrollos inmobiliarios
Apuntó que estos grandes desarrollos inmobiliarios, como los que se pueden observar al norponiente de la capital del estado también traen consigo problemas de infraestructura, en el entendido que no es lo mismo abastecer las necesidades de servicios públicos básicos, para un lugar en donde originalmente había una cantidad para hacer llegar en ese mismo espacio lo mismo, pero para una población más grande.
Cuestionó que la población integrante de los pueblos originarios que aún están dentro del trazado urbano del área metropolitana de Mérida también se ven impactados, ya que sus servicios públicos básicos también empiezan a escasear.
“No es lo mismo tener disponibilidad de agua potable para 100 personas por hectárea que tenerla para 500. Y además que de esas 500 tengan viviendas con restaurante, salones de belleza, lavanderías que tendrán más gasto de drenaje”, comentó.
Sobrecarga, quema de trasformadores y déficit en los servicios
Indicó que en cuanto infraestructura eléctrica señaló que ya se están viendo fenómenos de saturación que repercute en situaciones como en la sobrecarga y quema de transformadores eléctricos que a la postre dejan sin el servicio a decenas de familias.
Apuntó que hoy por hoy, no existe una colonia en la ciudad de Mérida que tenga problemas de apagones. En tal sentido, externó que en la capital del estado se vive un déficit de energía para la cantidad de crecimiento que ha tenido particularmente la capital del estado.
Estatus de los transportes
En cuanto al transporte señalo que no se han planeado otros accesos a la capital del estado con circuitos de interconexión, perdiendo áreas verdes, abonando al embotellamiento vehicular. Acotó que al momento ya no se puede hablar de una hora pico en particular, sino que ya se tienen varios intervalos con gran carga vehicular y con ello los siniestros viales.
Posibles soluciones
Para dar algunas luces a este entramado complejo de nuevas problemáticas urbanas, la especialista consideró que son las autoridades, quienes ya deben de establecer las directrices para poner orden, asumir su papel de guías para una mejor planeación.
Señaló que hay que estar pendiente de todas las zonas de desarrollo urbano, ya que un error que se tenga, es decir, una zona que tenga un déficit de servicios básico, tiene un impacto para toda la ciudad.
Acotó que, en las principales ciudades de países desarrollados, la autoridad obliga a los desarrollos habitaciones e inmobiliarios prestar los servicios adecuados, con una serie de candados que garanticen el acceso a los servicios básico para aquella población que vivirá en ellos; por lo que consideró que en la entidad se tendría que seguir estos modelos que ya están probados.