El próximo 12 de diciembre el comisario de la localidad meridana de Santa María Chi, Wilbert Nahuat Puc, deberá acudir a una audiencia en el Centro de Justicia Oral del Estado en la que enfrentará a los representantes jurídicos del Grupo Porcícola San Gerardo, quienes lo acusan de los delitos de despojo y daño en propiedad ajena.

Denuncia daños ambientales

Nahuat Puc ha denunciado en reiteradas ocasiones los daños ambientales que causa en esa comunidad, las actividades de esa granja, que es socia del grupo Kekén, una de las empresas con más peso en la industria porcícola de esta entidad y la principal exportadora de carne de cerdo en el país. 

De hecho la empresa es uno de los principales proveedores de carne de cerdo en Japón desde 1995, y hoy vende producto a otros países como Corea del Sur, Estados Unidos, Canadá y Hong Kong y “recientemente arribamos a Singapur y también a China y a Chile”, señala la propia empresa en su página Web.

Aseguran que todos sus procesos se hacen con estrictas normas de cuidado al medio ambiente a través de una innovadora tecnología sustentable, sin embargo, tanto Kekén como muchas de sus empresas socias han sido denunciadas en reiteradas ocasiones por daños al medio ambiente, en especial por la contaminación del subsuelo.

Colectivas, organizaciones y comunidades tratan de frenar la situación

Organizaciones como la Esperanza de Sitilpech y los Guardianes de los Cenotes de Homún,  Greenpeace, el Consejo Ciudadano por la Defensa del Agua en Yucatán, Indignación y el Colectivo de Comunidades Mayas de los Chenes, han alzado la voz contra las granjas porcícolas y su contaminación y han interpuesto denuncias para tratar de frenar la operación de esos sitios en el estado. 

En este caso más reciente, Nahuat Puc, ha hecho públicos varios materiales gráficos, entre fotografías y videos, en donde se observa la quema de residuos, el vertimiento de aguas residuales en zonas que se supone prohibidas y del fuerte olor que se desprende de la granja San Gerardo.

El comisario y activista también ha hecho varias denuncias de esa situación para que se ponga un alto a las actividades de la granja en esa comunidad de origen maya, pero ahora de denunciante, pasó a calidad de denunciado por la empresa ya que supuestamente cometió los delitos antes mencionados. 

Nuevo caso

 Para el espeleobuzo ambientalista y rescatista de cenotes, Sergio Grosjean Abimerhi, este parece ser un nuevo caso en donde el o los que defienden el medio ambiente, en esta ocasión los derechos de los pueblos originarios a tener agua limpia, termina enfrentando un juicio contra poderosas empresas  que cuentan con mucho dinero para contratar abogados y tratar por todos los medios posibles de que acaben en la cárcel. 

“Esperemos que este no sea el caso, y que los grupos ambientalistas y activistas arropen al comisario y lo apoyen en esta lucha que tiene muchos años en contra de la gran contaminación que generan muchas granjas porcícolas del manto freático”, señaló.

Amenaza de muerte 

Recordó que el incluso fue amenazado de muerte cuando emprendió la defensa del cenote “Ziiz Ha”, ubicado en el Convento de San Bernardino en Valladolid, en el que se encontraron vestigios de varios conflictos armados.

Los diversos objetos localizados en el interior del cenote son de varias épocas, que abarcan desde el periodo prehispánico hasta el presente; pero el tema que nos ocupa: las armas de fuego, corresponden a un periodo que abarca desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX.

Apoderamiento ilegal

Sin embargo, una parte del cenote está en una antigua empresa hielera que fue comprada por un particular con el objetivo de apoderarse ilegalmente del ojo de agua, por lo que Grosjean inició una campaña de activismo contra las intenciones de ese empresario y terminó amenazado de muerte.

Por fortuna, la gente de Valladolid, el propio Instituto Nacional de Antropología e Historia (INA) y los representantes del Convento lo respaldaron y lograron crear un Fideicomiso para proteger y preservar el cenote como un bien público y no como un espacio privado con fines de lucro como se pretendía. 

“Cuando uno se enfrenta a estas grandes empresas, es importante que haya todo el apoyo posible y esperamos que este sea el caso y no dejen solo al compañero de Santa María Chi, pues la empresa no va a escatimar recursos para tratar de salirse con la suya”, finalizó.

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