Entre dudas sobre qué porras o insultos usar, cantos inesperados como “¡Mujeres empoderadas!” y elogios a la portera tricolor, el encuentro entre el tri femenil vs Panamá, en Mérida, dejó a la afición reflexionando y motivada.
Por primera vez en Mérida este martes 04 de diciembre, el Estadio Carlos Iturralde recibió a la selección nacional femenina en un partido amistoso contra Panamá y, además de brindar diversión a cientos de personas, también evidenció varias diferencias entre un partido de hombres y uno de mujeres.

El partido tenía 16 minutos de haber empezado. Entre las primeras tarjetas amarillas para la selección, fue por una colisión de una jugadora de Panamá con una del Tri, lo que hizo que esta cayera y rodara sin poder pararse.
Sin embargo, para los aficionados, no contaba como una falta por parte de la jugadora mexicana, por lo que se le fueron encima a la jugadora de Panamá con lo que podría ser el típico “¡ehhh, p*to!”. Sin embargo, esto no pasó de inmediato.
"¿Gritamos ehhh ‘put…' o qué gritamos?", - mencionó un señor de mediana edad con gorra de la selección y un suéter amarillo.
¿Gritamos ehhh ‘put…' o qué gritamos?
- Mencionó un señor de mediana edad con gorra de la selección y un suéter amarillo.
Finalmente, procedieron a usar la (a) en el insulto, y a él se unieron otros.
Tres minutos después de este acontecimiento, Nicole Pérez anotó el primer gol del partido.
El partido pasaba un poco lento cuando la afición comenzó a animar entre los típicos cantos de “¡Vamos México, vamos!” y “¡México, México!”. Hubo uno que resaltó entre los demás:
“Muuujeres empoderadas”, gritó uno, y le siguieron los demás.
La palabra “empoderamiento” es usada por las siempre criticadas feministas; sin embargo, en este caso, la voz que pronunció las palabras venía de un hombre.
Tanto los insultos como las porras utilizadas no fueron como son en los partidos de hombres, o al menos se dudaba antes de hacerlo.
Eran las 9:40 cuando la portera del tricolor paró la pelota que lanzó una panameña, evitando lo que pudo ser un gol. La portera, de azul celeste, fue elogiada y, entre esos elogios, salió un:
“¡Qué belleza con la de celeste!”, haciendo referencia a un alto limpio que realizó.
Después del medio tiempo, no hubo penas ni glorias. Ambos equipos lucían cansados y hubo un par de relevos por parte de ambos. El silbato sonó después de los 6 minutos de tiempo extra que se agregaron, y el partido quedó uno a uno.
“Ayyy ay ay ay”, se escuchaba entre la afición. Un grupo de mujeres con sombreros de mariachi y sus camisas de la selección cantaban.
A la salida del estadio, los comentarios sobre el partido resonaban por todo el lugar.
"Ya quiero regresar a la cancha a jugar", mencionó una de ellas.
Las mujeres que juegan futbol en Mérida, después de este partido, salieron motivadas y con la frente en alto al representar un gran deporte.





Fotos: Aura Andrade