El mercado de San Benito, uno de los centros de abasto más importantes de Mérida, atraviesa una crisis evidente. Inaugurado en 2002 durante la administración de la entonces panista Ana Rosa Payán Cervera, el inmueble presenta signos de deterioro que lo han convertido en un espacio prácticamente abandonado por locatarios y clientes.
Actualmente, cerca de tres cuartas partes de los locales están cerrados debido a la falta de clientela. Los techos cuarteados, las filtraciones de agua y ventiladores en desuso son problemas visibles que han generado un ambiente de desinterés por parte de los consumidores.
Aunque en el segundo piso se instaló un módulo de la Policía Municipal y, más recientemente, otro del sistema de transporte Va y Ven, el flujo de personas sigue siendo prácticamente nulo, con la excepción de algunos negocios como peluquerías, casas de empeño y locales de reparación de electrónicos que mantienen a su clientela fija.
Sin embargo, persisten las preocupaciones sobre la inseguridad en la zona, atribuida principalmente a las cantinas que rodean el mercado, mismas que han sido foco de riñas y conflictos que se han mostrado a través de las redes sociales.
“Es triste ver cómo hemos ido perdiendo clientela. Mis vecinos han cerrado porque aquí casi no entra gente”, lamentó doña María Cárdenas, locataria de frutas y verduras con más de 15 años del mercado San Benito.
“La gente prefiere ir al Lucas de Gálvez, que, aunque también tiene sus problemas, tiene más vida”, consideró.
Por su parte, Juan Pool, comerciante de carnes, destacó los problemas estructurales del mercado: “Cuando llueve, aquí parece cascada. Las filtraciones de agua arruinan los productos y nadie hace nada por arreglar los techos”.
Ana González, dueña de una peluquería, reconoció que su negocio se ha mantenido gracias a clientes habituales, pero afirmó que el ambiente no es el mejor: “Antes el segundo piso era un nido de malvivientes. Ha mejorado un poco con la policía, pero casi todos los locales ahí están cerrados”.
MANTENIMIENTO
Para el arquitecto Roberto García Corcuera, especialista en espacios urbanos, el declive del mercado de San Benito era “bola cantada”.
“Los mercados son el alma de las ciudades, pero su abandono comienza con la falta de mantenimiento e inversión. Cuando la infraestructura no es adecuada, la clientela disminuye, lo que lleva al cierre de locales y, eventualmente, al deterioro social del entorno”.
García Corcuera agregó que la ubicación estratégica del mercado debería ser una ventaja, pero las dinámicas sociales y económicas de la zona han contribuido a su decadencia: “La cercanía con cantinas desanima a los compradores. Si a esto sumamos la percepción de inseguridad, incluso con la presencia policial, el mercado pierde su atractivo”.
Aunque el mercado fue inaugurado hace poco más de dos décadas con grandes expectativas, los locatarios y expertos coinciden en que el inmueble requiere una intervención integral:
“Es necesario un proyecto de rehabilitación que no solo incluya el mantenimiento estructural, sino también la reactivación económica de los comerciantes”, concluyó el arquitecto.
INVERSIÓN EN 2023
En la administración pasada de Renán Barrera Concha, el Ayuntamiento de Mérida invirtió 10 millones 018 mil 242.77 pesos en el mantenimiento de este mercado.
En ese momento se informó que se realizó el cambio y reposición de domos dañados en las azoteas, rehabilitación, actualización y activación de la planta de tratamiento de aguas residuales, que está ceñida a las nuevas especificaciones normativas.
También se rehabilitó el baño de mujeres en el área de aves e instalaciones sanitarias, así como la zona de los contenedores de basura y extractores de ventilación.
Se instaló la nueva línea de agua potable para suministro en cisterna de los mercados, el nuevo clorinador en cisterna, limpieza final en el piso del mercado y área de estacionamiento para evitar la presencia de olores provenientes de estos sistemas.