El azul, el rojo y el dorado que rodean a los querubines no han perdido nada de su brillo en los magníficos frescos del siglo XVII, descubiertos por casualidad durante las obras de mantenimiento de un falso techo en la Villa Farnesina, un palacio a orillas del Tíber en Roma.
Los frescos, de un artista poco conocido, incluyen el escudo de armas de la familia noble del Cardenal Alessandro Farnese, quien compró la villa en 1579.
Las tres pinturas estaban ocultas sobre el techo abovedado de lo que una vez fue la sala de estar de Agostino Chigi, un rico banquero y mecenas renacentista que mandó construir la villa a inicios del siglo XVI. La visita fue permitida por cortesía de la Accademia dei Lincei.
AFP
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