Este lunes, cientos de panameños católicos llegaron a la histórica localidad de Portobelo para rendir homenaje al Cristo Negro. Entre ellos, Maximiliano Muñoz, quien lleva 17 años realizando esta peregrinación, es un ejemplo del sacrificio y devoción que caracteriza esta tradición.
“Quiero sentir lo que Dios pagó por nosotros en la cruz”, afirma Muñoz, mientras su esposa le deja caer la cera de una vela encendida sobre la espalda.
La Ruta de la Devoción
Portobelo, ubicado a 98 km de Ciudad de Panamá, fue un importante puerto en los siglos XVI y XVII. Durante la peregrinación, algunos fieles recorren largas distancias a pie, mientras que otros, más devotos, arrastran su cuerpo o caminan de rodillas hacia la iglesia de San Felipe, donde se encuentra la imagen del Cristo de túnica púrpura.
La devoción al Cristo Negro se remonta al 21 de octubre de 1658, cuando se dice que una imagen llegó a las costas de Portobelo. Este lugar, con una población de aproximadamente 5,000 habitantes, ha atraído a figuras icónicas de la música salsera, quienes también han venerado al “santo de los cantantes”.
Juleixa Pérez, ama de casa de 29 años, comparte su experiencia de peregrinación por sus hijos enfermos. “Tardo hasta cinco días en recuperarme de las heridas”, dice.
A pesar de la falta de apoyo de la Iglesia católica hacia este tipo de peregrinaciones, la tradición continúa cada año.
AFP