La gran mayoría de las casas veraniegas que están en la costa , en especial las que están en la franja de playa, ya tienen importantes daños estructurales, ya que no fueron construidas para soportar la corrosión que genera la salinidad y los altos índices de humedad que hay en esas zonas, informó el integrante del Consejo Consultivo del Colegio de Ingenieros Civiles de Yucatán,  Jorge Euán Góngora.

 En entrevista, el especialista en ingeniería estructural explicó que además muchas de esas casas ya tienen más de 25 años de haber sido construidas, lo que las hace todavía más vulnerables a los embates de la naturaleza, como es el caso de los ciclones tropicales.

   Cuando se construyeron esas casas no existían las normas ni reglamentos que hoy existen para construir, las cuales demandan materiales más resistentes, por lo que la gente construía como le decía el arquitecto o el albañil y nunca se cuidaron esas especificaciones que son reguladas por instancias como el Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación, dijo. 

   Entre las recomendaciones que establece ese organismo están construir con mayores espesores en el concreto, un mayor reforzamiento de los aceros, aplicación de materiales epóxicos, impermeabilizantes y el uso de sustancias químicas para proteger las construcciones de la corrosión, entre otros.

  Por ello, sería positivo consolidar un convenio de colaboración entre el Colegio de Ingenieros  y las autoridades para realizar peritajes en las zonas más habitadas de la costa, para tomar muestras y conocer cuál es la realidad de la situación, conocer cuales son los puntos con mayores daños, pues no se pueden tomar acciones eficientes, sino se hace una revisión física, añadió.

“Se pueden hacer sondeos en las cimentaciones, en los acabados para ver hasta que grado de degradación tiene la estructura y eso requiere un trabajo de gente profesional que pudiera ir a la costa a revisar en especial las edificaciones que ya tienen evidentes muestras de corrosión”, precisó. 

Asimismo, coincidió en que la construcción de espolones para tratar de frenar la entrada del mar a las casas que están en la playa, no son la solución al problema e incluso a veces provocan que la erosión y la corrosión solo sean más fuertes. 

 De igual modo, consideró necesario buscar mecanismos para evitar que las zonas de manglares que aún quedan en las cercanías de las zonas veraniegas se conserven y en la medida de lo posible ir recuperando espacios para el manglar, porque esos ecosistemas son vitales para protegernos de los embates de los huracanes.

“Es un tema complicado, pues la recuperación sin duda es difícil, pues las mismas construcciones acabaron con vastas zonas de manglares, pero lo que sí se puede hacer es salvaguardar las que aún se conservan y dejar que se recuperen tanto como sea posible”, finalizó Euán Góngora, quien también fue presidente del Colegio de Ingenieros de Yucatán.

Tomás Martín

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