A una semana del paso del huracán Milton, el malecón y las playas de Progreso recobraron la vida este domingo, con decenas de familias disfrutando del atardecer. A pesar de los estragos que dejó el huracán en la zona, la escena de este día ofreció un contraste de tranquilidad, donde la gente se reencontró con su espacio habitual de recreo frente al mar.

En el malecón, algunas personas caminaban o simplemente descansaban. La luz cálida del atardecer brindaba una atmósfera apacible, mientras las palmeras alineadas junto al malecón completan la estampa tropical del paisaje costero.

A lo largo de la playa, los visitantes también disfrutaron de las instalaciones que ofrecen las palapas, como la que lleva el cartel “Playa incluyente”. Esta área, equipada para personas con discapacidad, fue punto de encuentro para familias que se sentaron a disfrutar del panorama marino y de la suave brisa que acompañaba la tarde.

Cerca de la orilla, la escena se repite: familias enteras bajo sombrillas, conversando y compartiendo momentos de descanso. La arena clara reflejaba el sol, mientras las palmeras proporcionaban sombra a los visitantes. Los más pequeños jugaban en la arena, y algunos se aventuraban a mojarse los pies en el agua, ahora en calma después de la tormenta.

Progreso volvió a la vida, y sus habitantes no dejaron pasar la oportunidad de disfrutar del atardecer en sus playas, recordando que, pese a la fuerza de la naturaleza, la vida continúa y la playa siempre será un refugio para relajarse y disfrutar en familia.

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