Los progreseños enfrentan ahora las consecuencias del huracán Milton, que afectó a la costa yucateca durante la madrugada del martes, dejando daños en la infraestructura, viviendas y en los negocios.

Entre los afectados está María del Carmen López, una residente del centro del puerto que describe la noche como “la más larga de su vida”.

“Desde las ocho de la noche el viento ya se escuchaba fuerte, pero fue a medianoche cuando todo empeoró. Sentía como si el techo se fuera a levantar y las ventanas vibraban tanto que pensé que iban a romperse”, relata la mujer. 

Ante el temor, contó a 24 HORAS Yucatán, decidió junto con su esposo e hijos refugiarse en el cuarto más seguro de la casa, sin saber qué tanto daño causaría el huracán.

A medida que las horas avanzaban, la situación empeoró: “A las dos de la madrugada las calles parecían ríos. El agua comenzó a entrar por la puerta y las ventanas. Tratamos de bloquearla con trapos, pero no fue suficiente. La sala, la cocina, todo se mojó”. 

La oscuridad causada por el apagón, recordó, aumentó la incertidumbre: “Nos quedamos sin luz y sin forma de saber si lo peor ya había pasado”.

Al amanecer, la familia enfrentó los estragos: electrodomésticos dañados y alimentos arruinados por la falta de refrigeración. 

María del Carmen también expresó preocupación por el impacto económico: 

“Mi esposo trabaja en un restaurante del malecón, que también tuvo que cerrar. No sabemos cuánto tiempo tardará en normalizarse todo ni si recibiremos ayuda”, relató a este rotativo.

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