Al mismo tiempo que la presidenta Claudia Sheinbaum rendía protesta, 200 misiles balísticos iraníes caían en territorio de Israel y mientras la nueva mandataria prometía dar certeza a los inversionistas, la economía estadounidense apunta cada vez con más posibilidades a caer en una recesión.
Hay la percepción de que este nuevo gobierno podría tener un manejo sensato del país sin tener que renunciar a seguir surtiendo la tiendita del populismo con las “mañaneras del pueblo”.
Puede darse el lujo de su “detector de mentiras” de las mañaneras del miércoles o la “suave patria” de los viernes, en la medida en que evalúe como auténtica jefa de Estado, por ejemplo, la conveniencia de su presencia en la reunión del G20 de mediados de noviembre.
Copiar los mismos modos no significa tener que arrastrar los mismos traumas y México tiene que recuperar su lugar en el mundo.
Una Presidenta que se moja los pies en Acapulco es perfectamente compatible con una mandataria que tiene el carácter y la autoestima suficientes para reunirse con 19 homólogos globales, como representante de la doceava economía del mundo y el sexto destino turístico, tal como lo destacó la propia presidenta Sheinbaum.
Esas serían señales, quizá sutiles, pero que dan confianza real a los inversionistas de que puede haber, no un cambio de régimen, eso es imposible, pero sí un regreso al sentido común con plena salud mental.
Las expectativas que hoy se tienen del desempeño de la economía mexicana son las peores del año, los analistas que consulta habitualmente el Banco de México hablan en su más reciente análisis de una notable desaceleración, una mayor depreciación cambiaria, menos empleos creados, aunque eso sí, un poco menos de inflación.
Veamos algunos numeritos, estos expertos calculan que el Producto Interno Bruto habrá de crecer en este 2024 apenas el 1.46%, para el 2025 el PIB apenas crecería 1.2% y esto sin contar un escenario en el que se confirme una recesión en los Estados Unidos en la parte final de este año o principios del siguiente.
En cuanto al empleo se espera la creación de solamente 450 mil nuevas plazas laborales registradas ante el IMSS y para el 2025 solamente 400 mil nuevos puestos formales de trabajo.
Los efectos externos son imponderables, pero los lastres internos heredados por el gobierno anterior se combaten, de entrada, con un aumento en la confianza y en materia económica viene una gran oportunidad.
En el paquete económico del 2025 tiene que reflejarse el mayor ejercicio de responsabilidad administrativa desde que inició esto que llaman la Cuarta Transformación.
El primer piso de este régimen heredó una bomba de tiempo con el déficit presupuestal y el crecimiento acelerado de un endeudamiento mal utilizado.
El paquete económico deberá ser algo cercano a pedir un milagro, porque al mismo tiempo que debe iniciar una corrección fiscal creíble, debe tener elementos de corrección del gasto público que respalden una esperada baja en la actividad económica.
El bono de inicio de sexenio de Claudia Sheinbaum deberá emplearlo, no con sus seguidores, no con el congreso, sino con los mercados que acabaron francamente dañados en su nivel de confianza con los estragos del primer piso de este régimen.