Desde la llegada al poder de los talibanes en 2021, los periodistas en Afganistán han denunciado un aumento alarmante en los abusos.
Reportan casos de tortura, arrestos arbitrarios y censura estricta, según varias organizaciones de derechos humanos. Esta situación ha puesto en riesgo la libertad de prensa en el país.
Periodistas detenidos por cubrir temas sensibles
Muchos periodistas afirman que son detenidos por cubrir noticias relacionadas con ataques de grupos militantes o por escribir sobre la discriminación hacia las mujeres.
Según un periodista anónimo, la profesión ha sido “humillada” constantemente bajo el régimen talibán.
La censura ha aumentado y se han impuesto nuevas regulaciones que limitan la libertad de expresión.
Las autoridades talibanas han impuesto nuevas regulaciones en los programas de debate político, donde los invitados y los temas deben ser aprobados previamente.
Además, las voces femeninas están prohibidas en las radios de algunas provincias, y varios medios dependen de la autocensura para evitar represalias.
Violencia y amenazas constantes
Los periodistas en Afganistán enfrentan amenazas de muerte y violencia. La reportera Meena Akbari, quien huyó del país en 2021, aún recibe amenazas en redes sociales.
Reporteros Sin Fronteras ha documentado que Afganistán ha caído dramáticamente en el ranking mundial de libertad de prensa, posicionándose en el lugar 178 de 180 países.
Aunque las autoridades afirman que la prensa puede operar si respeta los “valores islámicos”, la realidad en terreno es muy diferente.
Muchos periodistas están abandonando el país o enfrentan detenciones breves que los quiebran psicológicamente. La incertidumbre y el miedo son constantes entre los profesionales de la comunicación en Afganistán.
La situación se agrava con la nueva ley sobre la “promoción de la virtud y la prevención del vicio”, que refuerza aún más las restricciones impuestas a la libertad de prensa.
AFP