Foto: Antonio Uitz

El estado de Yucatán tiene costumbres y tradiciones que lo hacen único, desde su gastronomía y la amabilidad de su gente hasta sus danzas, vestimentas e incluso las casas; de hecho algunas están decoradas con peculiares muros, conocidos como “albarradas”.

En algunos municipios del interior del estado, todavía se pueden ver estos muros de piedra caliza en los hogares, que se construyen de manera sencilla y eficiente.

Esta tradición yucateca ha pasado de generación en generación en las zonas rurales y tiene un origen maya, desde las construcciones de las pirámides hasta la delimitación de caminos.

Con el paso del tiempo, su función comenzó a modificarse; inicialmente, se construyeron para proteger los cultivos de los animales que merodeaban, y posteriormente, también se utilizaron para separar propiedades y dividir terrenos.

El tamaño común de estas construcciones es de un metro de altura, lo que favorece la convivencia con los vecinos.

Imagen: Amo Citilcum

Para algunos, su construcción se considera artesanal, ya que se requiere precisión y paciencia para evitar que las piedras apiladas se caigan. 

En este tipo de muros, se suelen usar “cuñas”, que son piedras pequeñas que ayudan a que las piedras grandes se acomoden perfectamente, dado que no se utiliza cemento.

Además, su elaboración implica un alto riesgo, ya que se manejan piedras de gran tamaño, lo que puede causar caídas o lesiones por el levantamiento de pesos. Se recomienda utilizar algún tipo de faja para soportar el peso y garantizar la protección.

Aunque la modernización ha disminuido el uso de albarradas en la arquitectura, sobre todo en la ciudad,  todavía se aprecian en algunas casas, tanto para la protección de la vivienda como para preservar la privacidad.

Imagen: Servicios Yucatán

Descubrimiento de 83 albarradas prehispánicas en QRoo

Cerca del municipio de Chumpón, frente al tramo 6 del Tren Maya, se encontraron 205 monumentos de origen arqueológico, que incluyen 2 terrazas, 2 pozos, 53 cimientos y 83 albarradas.

De acuerdo con un boletín del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), estos restos datan del periodo Clásico maya (300 a 600 d.C.) y presentan dimensiones variadas, que van de 5 a 400 metros de longitud, con un metro de ancho y un promedio de 70 centímetros de alto.

El análisis de las 83 albarradas destacó aspectos clave sobre el modo de vida de los antiguos pobladores, como el uso del espacio y las estructuras, así como las actividades que realizaban a nivel regional.

Imagen: INAH

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