El Vaticano anunció el jueves su reconocimiento del santuario de Medjugorje, en Bosnia-Herzegovina, sin pronunciarse no obstante sobre los “presuntos mensajes” de la Virgen María a los fieles, que se congregan allí por millones desde hace más de 40 años.
En un documento de unas veinte páginas aprobado por el papa Francisco, el poderoso Dicasterio (ministerio) para la Doctrina de la Fe explica que quiso “concluir una larga y compleja historia en torno a los fenómenos espirituales de Medjugorje”, que suscitaron “opiniones divergentes” en el seno de la comunidad católica.
El Vaticano da finalmente “luz verde a la devoción y la experiencia espiritual” de los fieles en Medjugorje, un pueblo de 2.300 habitantes que se convirtió en un lugar de peregrinación muy popular después de que seis jóvenes declararan haber visto allí a la Virgen María en 1981.
Desde entonces, un millón de personas acuden cada año, algunas de las cuales relatan las palabras que les habría dirigido la Virgen, también conocida como la “Reina de la paz”.
Una bendición para la Iglesia
El reconocimiento del Vaticano, explica el documento, “no implica un juicio sobre la vida moral de los presuntos videntes”. El dicasterio tampoco de pronuncia sobre el carácter sobrenatural o no de los “presuntos” mensajes de María.
El texto advierte incluso contra “ciertos mensajes que presentarían contradicciones o estarían vinculados a los deseos o intereses de los presuntos videntes u otras personas”. Sin embargo, no pone en duda la sinceridad de los fieles que visitan el lugar o que afirman haber sido testigos de apariciones y declaraciones marianas.
El Vaticano señala especialmente las virtudes del lugar al servicio de la Iglesia y de la práctica religiosa, lo que llama “los frutos positivos” de Medjugorje: algunos visitantes descubren allí su fe, otros la redescubren o la refuerzan, etc.
La historia de la Iglesia católica está repleta de fenómenos extraños o inexplicados relacionados con estatuas religiosas (las vírgenes que lloran), otros artefactos o testimonios de apariciones.
Ante estas manifestaciones a veces insólitas -la más reciente, una “multiplicación” de pizzas en Italia- el Vaticano publicó en mayo unas “normas” en las que pide la máxima prudencia a la hora de interpretar estos fenómenos.
Desde 1950, solo seis sucesos sobrenaturales fueron “resueltos oficialmente” por el Vaticano.
AFP