Comerciantes del Centro Histórico de Mérida ven con buenos ojos la restauración de casonas antiguas, que tras ser rehabilitadas, se transforman en restaurantes, hoteles o espacios culturales, atrayendo turistas y generando un aumento en las ventas.
José Carlos Tapia, un vendedor ambulante de sombreros y otras curiosidades, asegura que ha visto cómo el turismo ha aumentado notablemente en los últimos años debido a estas renovaciones:
“Cada vez que abren un nuevo hotel o restaurante en una casona antigua, la gente se acerca más a esa zona. Los turistas buscan conocer esos lugares y aprovecharán para comprar productos. Sin duda, es un impulso para nosotros”, comenta mientras ofrece sus productos a un grupo de visitantes.
Por su parte, Cecilia Zapata, dueña de un puesto de artesanías en una esquina de la Plaza Grande, señala que ha sido testigo de la transformación del Centro Histórico: “Antes, muchas casonas estaban abandonadas o en mal estado, pero ahora con las restauraciones, el lugar se ve más bonito y atractivo. La gente viene más a esta parte de la ciudad, y eso nos beneficia mucho. Mis ventas han aumentado al menos un 30% desde que comenzó este proceso”, asegura.
Los beneficios también se perciben en una de las heladerías más emblemáticas de la ciudad, en donde Sofía López trabaja como mesera sirviendo helados y otros postres a turistas.
“Desde que remodelaron algunas casas cercanas hay más movimiento por aquí. Es común ver turistas caminando después de comer o visitar una galería, y luego se detuvo a refrescarse con un helado. Sin duda, nos ha ayudado a atraer más clientes, especialmente extranjeros”, afirmó.
De acuerdo con el sondeo realizado por 24 HORASYucatán, la restauración de estas casonas no solo favorece a los comerciantes, sino que también encanta a los propios turistas, quienes ven en estas antiguas edificaciones una oportunidad para conocer más sobre la historia y la cultura de Mérida.
En este año, como publicamos, se invirtieron 4.5 millones de pesos en la restauración del Palacio Cantón, en Paseo de Montejo. Jennifer Smith, una turista estadounidense de visita por primera vez en la capital yucateca, se mostró impresionada por el contraste entre lo antiguo y lo moderno que ofrecen estos espacios restaurados.
“Me encanta caminar por estas calles. Los edificios restaurados le dan un aire distinto a Mérida, lo que nos motiva a recorrer y disfrutar más la ciudad. Además, siempre encontramos pequeños comercios con productos muy bonitos para llevarnos de recuerdo”, expuso.
A pesar de que la restauración de estas casonas implica un cambio significativo en el panorama del Centro Histórico, los comerciantes concuerdan en que los beneficios superan por muchos los desafíos.
José Carlos Tapia, por ejemplo, destaca que las ventas para los ambulantes han mejorado; y aunque la competencia ha crecido con la llegada de nuevos negocios, la mayor afluencia de turistas lo compensa.
“El Centro Histórico se está revitalizando, y eso beneficia tanto a los comerciantes como a los turistas ya la ciudad”, concluye Cecilia Zapata. En octubre de 1982, el entonces presidente José López Portillo declaró zona de monumentos históricos a 659 manzanas con 3,906 edificios construidos entre los siglos XVI y XIX en Mérida.
De estos, 21 han sido destinados al culto religioso, destacando conjuntos como Nuestra Señora del Carmen "La Mejorada", Nuestra Señora de la Concepción, Las Monjas, y los templos de Santa Lucía, San Cristóbal, San Sebastián, entre otros.
Además, 47 inmuebles tienen fines educativos y de servicios, incluyendo edificios emblemáticos como la Casa de Montejo, el Palacio Cantón, la Universidad de Yucatán, el Teatro Peón Contreras, el Registro Civil, y el Palacio de Gobierno.
El resto, 3,838 inmuebles, son de uso civil, donde convergen influencias mudéjares y reformas renacentistas, con detalles ornamentales que mezclan elementos culturales y la mano de obra indígena. Estos estilos se ven en la incorporación de barroco, neoclásico, romanticismo y eclecticismo porfiriano, con estructuras coloniales que a menudo fueron adaptadas o recubiertas.