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En el corazón de la Ciudad Blanca, la Plaza Grande se ha transformado, revelando una nueva cara que fusiona la rica historia de Yucatán con un toque de modernidad.
Las remodelaciones han revitalizado este espacio emblemático, que, una vez terminada la obra, seguirá siendo un punto de encuentro donde coexisten tradiciones mayas y europeas, ofreciendo a locales y visitantes una experiencia única.
Caminar por el corazón de la capital del estado es como sumergirse en un viaje a través del tiempo. Las antiguas edificaciones coloniales, como la Catedral de San Ildefonso y el Palacio de Gobierno, se erigen imponentes, testigos mudos de siglos de historia.
Sin embargo, esta belleza arquitectónica se ha enriquecido con elementos modernos que le confieren un aire fresco y vibrante, como es esta nueva cara de la Plaza Grande de Mérida.
OPINIONES DIVIDIDAS
La renovación de este icónico punto de encuentro ha suscitado opiniones divididas. Mientras algunos consideran innecesarios estos trabajos, otros aplauden la nueva apariencia de la Plaza Grande. Luis Galván, vecino del fraccionamiento Pensiones, comentó que, si bien la intervención mejoró las bancas y conservó los confidentes y sillas de madera verde, cuestionó la reducción de sombra en el área.
“Está muy bonito y todo, pero en Mérida hay mucho sol y me parece que con menos sombra las personas no van a poder sentarse en las bancas hasta que baje el sol”, expresó.
Uno de los aspectos más destacados de la remodelación es la integración de elementos tradicionales con novedades modernas, reflejando la unión de culturas mayas y europeas. Los nuevos espacios incorporan motivos prehispánicos, como grecas y figuras geométricas, que rinden homenaje a las raíces de Yucatán, mientras que la iluminación y los materiales utilizados aportan una estética contemporánea.
“La Plaza Grande siempre ha sido y ahora es un espacio que nos conecta con nuestras raíces y al mismo tiempo nos proyecta hacia el futuro”, señaló Luis Hau, vecino del fraccionamiento Las Américas, quien destacó la importancia de dar tiempo para que las personas se acostumbren a la nueva apariencia del lugar.
La Plaza Grande ha sido históricamente un lugar de encuentro para personas de todas las edades y orígenes. Los amplios andadores ahora invitan a propios y extraños a pasear y disfrutar del ambiente, ofreciendo un respiro del ajetreo urbano. Las nuevas adecuaciones coincidirán con los corredores turísticos y gastronómicos de las calles 60 y 47, así como con la oferta cultural de esta área central de la capital.
“Me encanta venir al centro de Mérida con mi familia. Hemos visto el cambio en la Plaza Grande. Seguro será un lugar hermoso y siempre habrá algo nuevo que ver y hacer”, compartió Raúl Durán, vecino del Barrio Mágico de la Ermita.
La remodelación de la Plaza Grande ha sido un proyecto ambicioso que ha enfrentado diversos desafíos. Será el paso del tiempo el que evidencie los resultados. Este espacio sigue siendo un orgullo para los meridanos y un atractivo turístico de primer nivel.