El espeleólogo Erick Sosa Rodríguez compartió recientemente imágenes y detalles sobre la exploración del cenote de Xocen, ubicado en la comunidad del mismo nombre en el municipio de Valladolid, Yucatán.
A través de sus redes sociales, Sosa destacó la importancia de la conservación de los ecosistemas kársticos y el compromiso de los espeleólogos en este ámbito.
Sosa expresó su agradecimiento a la comunidad de Xocen, al H. Ayuntamiento de Valladolid y a la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno del Estado de Yucatán por la invitación y confianza para participar en el registro y exploración del cenote.
En días pasados, se dio a conocer que este cenote sufrió el colapso en su bóveda, lo que motivó la intervención de los expertos.
De acuerdo con Sosa Rodríguez, el cenote Xocen, situado entre las calles 6 y 7, a una cuadra del centro del poblado, se caracteriza como un cenote semiabierto con caída libre. Presenta dos oquedades de acceso: una directamente al cuerpo de agua, con una altura de 15 metros, y otra que da a una porción seca, con una altura de 6 metros.
La bóveda del cenote tiene un diámetro de 57 metros en su sección más amplia y carece de desarrollos horizontales, salvo por una pequeña cámara que parece haber sido utilizada como banco de material (sascab).
El espejismo de agua en el cenote mide 38 metros de diámetro en su sección más amplia, con una profundidad mínima de 1 metro en las orillas y un desarrollo vertical cilíndrico. La profundidad máxima registrada es de 23 metros en la zona sur-centro y 36 metros en la zona norte. La turbidez del agua, causada por sedimentos suspendidos y materia orgánica en descomposición debido al colapso, limita la visibilidad a 3 metros. En el fondo, se observan bloques de colapso de gran tamaño, junto con un árbol de ceiba fragmentado.
Geológicamente, el cenote presenta una cavidad de techo delgado en forma de bóveda, con una estratificación horizontal alternando caliza y estratos menos duros por la presencia de arcilla. El techo muestra fracturas y raíces de plantas que debilitan su estructura. La morfología del techo, determinada por la estratificación horizontal, sigue un patrón de colapso típico de los cenotes en la región, creciendo desde abajo hacia arriba y ampliándose a expensas del colapso de los estratos.
Sosa destaca que, aunque el colapso de la bóveda es un proceso normal en las estructuras kársticas, su documentación es crucial para entender estos eventos y su impacto en los ecosistemas. Este informe también sirve como recordatorio de la importancia de considerar los ecosistemas kársticos en el desarrollo urbano para garantizar su preservación.
El informe oficial será presentado a las autoridades pertinentes. Sosa concluye su mensaje agradeciendo a todos por su interés y apoyo en la conservación de estos valiosos ecosistemas.