La bahía de Guanabara, uno de los principales pulmones ecológicos de Río de Janeiro, está en el centro de una batalla medioambiental liderada por quienes conocen sus aguas como la palma de su mano: los pescadores. Alexandre Anderson, presidente de la asociación de pescadores Ahomar, utiliza la aplicación “De Olho na Guanabara” para registrar y denunciar infracciones medioambientales.
Esta innovadora herramienta, desarrollada en colaboración con la ONG 350.org, permite a los usuarios documentar y geolocalizar eventos como derrames de petróleo y desechos químicos, facilitando una respuesta más efectiva de las autoridades.
La bahía, conocida por su belleza y su importancia ecológica, ha estado luchando contra la contaminación desde hace décadas, agravada por el vertido de aguas residuales y la presencia de viejos navíos.
La aplicación, lanzada el 26 de julio, se ha convertido en un recurso crucial para los pescadores, quienes antes enfrentaban la dificultad de registrar la ubicación exacta de los problemas ambientales.
Desde el lanzamiento, se han publicado 20 denuncias en la web, y más de un centenar están en proceso de verificación. La plataforma no solo permite que las denuncias sean enviadas a las autoridades como el regulador ambiental Ibama y la Armada, sino que también promueve una mayor transparencia y responsabilidad en la gestión de los recursos naturales.
Paulo Barone, presidente de la asociación de pescadores de la isla de Paquetá, señala que la herramienta ayuda a superar las alegaciones de las autoridades sobre la falta de recursos para abordar las denuncias ambientales. Luiz Afonso Rosário, coordinador de campañas de 350.org en Brasil, subraya el papel crucial de los pescadores artesanales en la lucha contra la contaminación y la crisis climática, resaltando el impacto devastador de los derrames de petróleo en la vida marina y las comunidades locales.
El compromiso de los pescadores es evidente, a pesar de los riesgos asociados. Anderson y su familia han enfrentado amenazas y ataques en su lucha contra los proyectos petroquímicos, y la nueva aplicación ha intensificado el riesgo para ellos. No obstante, Anderson se muestra optimista: “Hoy los pescadores tienen una herramienta poderosa para proteger el medioambiente, y esperamos que esta visibilidad lleve a una acción efectiva contra los responsables”.
La tecnología se presenta así como un aliado indispensable en la defensa del medioambiente, ofreciendo a los ciudadanos herramientas para luchar contra la contaminación y exigir justicia, mientras la bahía de Guanabara continúa siendo un símbolo de la resistencia ecológica en Brasil.
AFP