La UADY realizará la XVIII Feria de la Salud del 24 al 26 de octubre, ofreciendo servicios gratuitos y actividades para el bienestar.
Foto: Archivo La UADY realizará la XVIII Feria de la Salud del 24 al 26 de octubre, ofreciendo servicios gratuitos y actividades para el bienestar.

En Yucatán, los casos de diabetes mellitus tipo II han mostrado un incremento significativo este año. 

Según el boletín de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud (SS), hasta la semana 31 se han registrado 714 casos más que en el mismo período de 2023. 

En total, ya son 5 mil 308 casos en lo que va del año, de los cuales 2 mil 42 corresponden a hombres y 3 mil 166 a mujeres. Este número es un 15.54% más que en el mismo período de 2023.

Este incremento se da en un contexto donde la diabetes tipo I también ha mostrado ligeras variaciones. 

Mientras que en el 2023 se registró un caso en la semana 31 y un total de 24 hasta esa fecha, este año el número asciende a 25. 

Sin embargo, la diabetes tipo II es la que más preocupa, con un aumento considerable en comparación con los 4 mil 594 casos acumulados el año pasado en este mismo periodo.

A nivel nacional, esta semana se detectaron 10 mil 543 nuevos casos de diabetes mellitus, sumando un total de 297 mil 75 en lo que va del 2024. 

Estos datos superan la media semanal de 8 mil 694 casos registrada entre 2019 y 2023. Para el mismo periodo en 2023, se habían contabilizado 208 mil 899 casos, lo que subraya el aumento en la incidencia de esta enfermedad.

La diabetes tipo I se caracteriza por la incapacidad del organismo para producir insulina, mientras que en la diabetes tipo II, el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina, lo que eventualmente puede llevar a una insuficiencia en su producción. 

Esta última forma de diabetes es la más común y es la que está experimentando un aumento considerable en Yucatán.

A pesar del incremento en los casos de diabetes, Yucatán se mantiene entre los estados con menor tasa de mortalidad por esta enfermedad. 

Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el estado ocupa el sexto lugar en esta categoría, con una tasa de 60.3 muertes por cada 100 mil habitantes en 2023, un ligero aumento respecto al 2022, cuando la cifra fue de 57.9.

El Dr. Wilfrido Herrera Castro, médico internista, señaló que el aumento de casos de diabetes tipo II en Yucatán refleja una combinación de factores que afectan a la población de manera significativa. 

Según el doctor, la urbanización y la modernización en el estado han llevado a un estilo de vida más sedentario, donde la actividad física diaria ha disminuido, reemplazada por trabajos de oficina y el uso generalizado de transporte motorizado.

Además, la dieta en Yucatán, caracterizada por un alto consumo de carbohidratos y grasas, ha contribuido al incremento en los niveles de obesidad, un factor de riesgo clave para el desarrollo de la diabetes tipo II. 

La ingesta frecuente de alimentos fritos, tortillas, refrescos y productos procesados ha sido un factor determinante en este aumento. La combinación de una alimentación poco saludable y la falta de ejercicio ha resultado en una mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad en la región.

Herrera Castro también destacó que otro elemento relevante es la predisposición genética de la población yucateca, mayoritariamente de origen indígena, que podría tener una mayor susceptibilidad a desarrollar diabetes tipo II debido a variaciones genéticas que afectan el metabolismo de la glucosa. 

Este factor genético se ve amplificado por un entorno y hábitos de vida que no promueven la prevención de la enfermedad.

El proceso de urbanización también ha impactado la salud de los habitantes. La disponibilidad y consumo de alimentos procesados, la reducción de espacios para la actividad física y el incremento del estrés asociado a la vida urbana son factores que han aumentado el riesgo de desarrollar diabetes tipo II en la entidad.

Finalmente, el acceso limitado a servicios de salud adecuados y a programas de prevención en algunas áreas del estado ha dificultado la detección temprana y el tratamiento oportuno de la diabetes tipo II. 

La falta de educación sobre los riesgos y la gestión de esta enfermedad también contribuye a su propagación, haciendo urgente una respuesta integral para frenar este problema de salud pública.

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