De acuerdo con el INEGI, hasta 2021 en Yucatán había 2 millones 74 mil 423 mascotas entre perros, gatos y otras especies; y según el último censo de Población y Vivienda (del 2020) habitaban el estado 2 millones 320 mil 898 personas. Es decir, hay prácticamente una mascota por persona en la entidad, sin contar a los perros callejeros.
Según el Instituto, ese mismo año había 658 mil 85 viviendas particulares habitadas, lo que significa que hubo un promedio de 3,1 animales por cada vivienda. Esto coloca al estado en el puesto 16 a nivel nacional en tenencia de mascotas.
Para el Dr. Eduardo Ávalos Borges, coordinador del Comité Científico del Colegio de Médicos Veterinarios de Pequeñas Especies de Yucatán, esta situación refleja que la sociedad yucateca es más sensible al bienestar de los seres que habitan la naturaleza, aunque también implica una responsabilidad: no tener más de dos mascotas por familia.
Esto, según comentó a 24 HORAS Yucatán, también puede indicar que hay falta de familia y la gente la reemplaza con una mascota: “Los signos de los tiempos actuales reflejan que a las nuevas generaciones les resulta más difícil relacionarse con las personas”.
En muchos casos, los jóvenes evitan tener descendencia por cuestiones ideológicas o económicas y tratan de sustituir esta cuestión afectiva con los animales. Son muchas las aristas que pueden derivar en este tipo de conductas.
Ávalos Borges expuso que ha cambiado masivamente la manera en la que las personas ven a sus animales hoy en comparación con lo que ocurría hace 20 o 30 años, cuando comenzaba su ejercicio profesional.
“Antes los animales estaban en el patio y si se enfermaban, dejaban que se curaran solos; o si iban al veterinario y veían que el costo estaba por arriba de su presupuesto, dejaban que se murieran y se conseguían otro”, contó.
Hoy, la sociedad ha cambiado y se tiene una mejor percepción de lo que es la vida en especies distintas. La valoran y aprecian mucho más, lo que propicia mayor atención; y eso, demostró, explica el fenómeno del incremento del número de mascotas en Yucatán.
No obstante, advirtió al Dr. Ávalos, también hay gente que acopia animales. Al respecto, citó al ex presidente Luis Echeverría: “Pocos hijos para darles mucho”. Esta frase, dijo, habría que aplicarla con nuestros animales: tener pocos para poderlos atender bien.
“Cuando se tiene una jauría de perros”, por ejemplo, comienzan a haber problemas empezando porque hay que alimentarlos a todos; y llevarlos al veterinario se hace mucho más costoso, por lo que empiezan a pedir descuentos. No hay bolsillo que lo aguante.
Cuando se abaratan los servicios, lamentó el experto, se merma la calidad de los productos que se emplean, lo que ocurrió recientemente con las vacunas de parvovirus, una enfermedad que continúa cobrando vidas caninas en la entidad.
De igual modo, prosiguió Ávalos Borges, el hacinamiento propicia que las infecciones sean más fáciles de transmitir y los hemoparásitos como pulgas y garrapatas tengan más opciones para elegir. Es un riesgo sanitario para animales y seres humanos.
“Yo sé que hay personas que tienen muy buenas intenciones”, pero hay que ponernos a pensar primero cuáles son las posibilidades reales de atender adecuadamente a estos animales. Yo no recomendaría tener más de dos”, sentenció el Dr. Eduardo Ávalos.
También, dijo, hay que considerar las condiciones psicológicas de algunas personas, pues también hay acopiadores de animales. Las autoridades, subrayó, deben tener esto en cuenta, pues en la ley está contemplado que tener muchos animales se considera maltrato.
De acuerdo con el Reglamento para la Protección a la Fauna del Municipio de Mérida, en su artículo 24, la posesión de animales domésticos está condicionada a la existencia de circunstancias higiénicas óptimas que no representan un peligro para la salud pública.
También, enfatiza el Reglamento, en la capacidad física de la vivienda, estableciendo un máximo de seis mascotas por predio, sean gatos, perros o la suma de ambos. Las personas que posean más que el número permitido deberán reportarlo al Centro Municipal de Control Animal (Cemca) para que se verifiquen las condiciones en las que se encuentran.
“No se puede tener descontrol sobre la población de animales si queremos tener una ciudad moderna. Tenemos que voltear a ver lo que se está haciendo en otros países en donde se necesita una licencia para tener mascotas; y ahí, estos animalitos están muy bien atendidos y hay pocas enfermedades zoonóticas”, concluyó el Dr. Eduardo Ávalos.