Enclavado en la colonia Chuburná de Hidalgo, su mercado es una de esas centrales de abastos con un carácter lleno de vida desde muy temprano en la mañana, cuando locatarios y marchantes acuden todos los días para buscar el sustento diario o para realizar las compras con productos frescos. Construido en 1965 bajo la administración del entonces alcalde Agustín Martínez Arredondo, se ha vuelto un punto de encuentro en una de las zonas de más alto crecimiento de la urbe meridana, el norte de la ciudad.
El Mercado de Chuburná ha pasado por diversas remodelaciones para mantener su funcionalidad, atractivo, así como su modernidad sin dejar atrás esa tradición que lo han vuelto un punto de referencia para propios y extraños que habitan o simplemente visitan la capital del estado.
La más reciente remodelación tuvo lugar en 2018, cuando de manera simultánea también se intervino el tradicional mercado de Santiago. Ambas centrales de abastos incluyeron la mejora de la infraestructura, la incorporación de nuevos servicios, la creación de espacios más amplios a favor tanto para los locatarios como para los clientes que día a día van a hacer la compra o solamente acuden por el gusto de antojitos tradicionales.
El Mercado de Chuburná es famoso por la diversidad de productos que ofrece. Desde temprano en la mañana, los pasillos se llenan de diferentes colores y aromas. Frutas de temporada, hierbas aromáticas son parte del paisaje cotidiano de este espacio. También es posible encontrar carnes de puerco, de res, pescados y mariscos de la más alta calidad, así como una gran variedad de especias muy necesarias para la elaboración de platillos tradicionales.
Los vendedores del mercado son en su mayoría comerciantes locales, muchos de los cuales han heredado sus puestos de generación en generación. Este sentido de continuidad y arraigo familiar le da al mercado un ambiente único y acogedor, donde los clientes son tratados como parte de una gran familia por la cantidad de años que han acudido a esta central de abastos.
El mercado atrae a una amplia gama de compradores, desde amas de casa hasta cocineros profesionales que van en búsqueda de los ingredientes más tradicionales para sus platillos. Como era de esperar, los vecinos, es decir, la comunidad local, son una de las más fieles a su mercado, puesto que prefieren muchas veces este lugar que acudir a los supermercados.
Es común ver en los pasillos del mercado de Chuburná a los clientes detenerse ya sea para platicar con su locatario de confianza o simplemente intercambiar recetas para ampliar el menú que termina en los platillos que se elaborarán entre semana.
El Mercado de Chuburná no solo es un lugar de comercio, sino un verdadero pilar de la comunidad. Ha sido testigo de innumerables historias y ha jugado un papel crucial en la vida diaria de los vecinos de la zona. Su evolución y adaptación a los tiempos modernos, sin perder su esencia tradicional, lo convierten en un ejemplo de resiliencia, así como de permanencia en un mundo en constante cambio.
El Mercado de Chuburná sigue siendo un lugar donde la tradición y la modernidad se encuentran, donde cada visita es una experiencia que conecta a los visitantes con la rica cultura y la vibrante comunidad de Mérida.
Tal vez es por eso que Sagrario Pool, una de las vecinas del lugar, decide ir a comprar al mercado de Chuburná la carne de puerco que utiliza para sus guisos, porque su carnicero trae el producto fresco a diferencia de lo que venden en otras distribuidoras, donde la carne, desde su perspectiva, viene congelada.
“No es lo mismo, la carne congelada le da otro sabor a la comida. Además, el carnicero de confianza regala los huesitos que le dan ese toque extra a comidas como el frijol con puerco”, indicó.
Para Martha Mex, aunque el mercado de Chuburná no le queda tan cerca, decide aventarse una caminata de unos 15 minutos con la finalidad de comer mariscos traídos por los comerciantes, quienes a su vez los consiguen de pescadores que terminando su trabajo regresan a la colonia.
“Cuesta un poco más que en el área de pescados del centro, pero vale la pena comprarlo en la colonia, ya que si voy al centro debo pagar mis pasajes y si no quiero caminar, el taxi o el Uber sale más costoso que comprarlo en la colonia”, indicó.
Consuelo Concha vive en la colonia Juan B. Sosa, una unidad habitacional contigua a Chuburná. Ella, en vez de acudir a un supermercado exclusivo cerca de su domicilio, decide ir al mercado a comprar frutas y verduras de la temporada.