En un esfuerzo por combatir la desnutrición y mejorar la salud infantil, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán implementó el Programa de Asistencia Social Alimentaria en los Primeros 1000 Días de Vida.
Leticia Mena Macossay, directora de Desarrollo Comunitario y Alimentación del DIF Yucatán explicó los detalles de esta iniciativa, la cual considera un pilar en la lucha contra la desnutrición en la entidad.
“El programa de los primeros 1000 días de vida inició en 2020, en plena pandemia”, señaló.
“Nos preparamos antes de que comenzara la emergencia sanitaria para coordinar con los ayuntamientos municipales la localización de mujeres en etapa de lactancia y niños menores de dos años. A pesar de la pandemia, logramos apoyar a estos primeros beneficiarios, y desde entonces, el programa ha ido creciendo en cuanto a número de beneficiarios”, agregó..
De acuerdo con un estudio de la Organización de Estados Americanos, sii el niño está o no bien alimentado durante los primeros años de vida, puede tener un efecto profundo en su salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse, pensar analíticamente, socializar efectivamente y adaptarse a nuevos ambientes y personas.
Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida.
En Yucatán, el programa de los primeros 1000 días de vida, tiene como objetivo principal que los niños y niñas tengan un estado óptimo de nutrición desde el momento de la concepción hasta los primeros años de vida.
“Nos enfocamos en las mujeres embarazadas y lactantes, y continuamos el acompañamiento hasta que los niños cumplen dos años”, explicó la funcionaria estatal. La nutrición adecuada durante este periodo es crucial, subrayó, ya que influye directamente en la salud y el desarrollo futuro del niño.
El programa, detalló, opera mediante dos acciones principales. La primera es la educación alimentaria, proporcionando asesoría tanto grupal como individual a las madres. La segunda es la entrega de un paquete alimentario específico para cada etapa de la vida del niño y la madre: “Este enfoque integral garantiza que tanto la madre como el niño reciban los nutrientes necesarios para su desarrollo“, añadió.
Desde su inicio, el programa ha beneficiado a aproximadamente 20 mil niñas y niños en 104 municipios: “La vinculación con los municipios es esencial para localizar a los beneficiarios y asegurar que reciban el apoyo necesario”, destacó la nutrióloga Leticia Mena.
Los beneficios de este programa, dijo, se extienden más allá de la nutrición inmediata: “Los primeros 1000 días de vida son determinantes para la salud a largo plazo. Nuestro objetivo es prevenir problemas de salud crónicos y garantizar que los niños crezcan sanos y fuertes”, sentenció.
Para lograrlo, el programa trabaja en colaboración con instituciones nacionales e internacionales, como UNICEF México y el Instituto Nacional de Salud Pública, que aportan conocimientos y recursos.
En cuanto al estado nutricional de los niños en Yucatán, Mena Macossay reconoció una transición de la desnutrición al sobrepeso y obesidad.
“Antes, los programas se centraban en la desnutrición, pero ahora también debemos abordar el sobrepeso. Este programa tiene una visión preventiva, enfocándose en la nutrición desde la concepción para evitar problemas futuros”, añadió.
El programa, abundó, se vincula directamente con el programa Médico a Domicilio, asegurando una atención integral que incluye visitas domiciliarias y sesiones grupales con nutriólogos: “Si es necesario, los beneficiarios son canalizados a servicios médicos más especializados para asegurar su salud completa”.
Aunque no se tiene un dato exacto del presupuesto destinado al programa, Mena Macossay aseguró que es un programa garantizado con presupuesto federal. “No hay un tope máximo de recursos; cualquier niño que cumpla con los requisitos puede ingresar al programa en cualquier momento del año”, aseguró.