El Parque Zoológico del Centenario de Mérida se convierte en un animado destino durante la temporada de vacaciones escolares. 

Familias, grupos de amigos y parejas se reúnen para disfrutar de un día rodeado de naturaleza y animales, creando recuerdos inolvidables en este emblemático lugar de la ciudad.

El día comienza temprano para muchos visitantes, quienes llegan al parque con gran entusiasmo. 

En lo que va de las vacaciones de verano este sitio ha registrado un total de 120 mil visitantes; asimismo más de 700 personas han estado acudiendo a los talleres y programas lúdico de la comuna meridana en este periodo de descanso, así lo dio a conocer el subdirector de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Mérida Arturo Antuña Silveira. 

Una de las primeras paradas obligadas es el trenecito, un atractivo que recorre todo el zoológico, ofreciendo una vista panorámica de los diferentes hábitats. Niños y adultos se alinean con emoción, esperando su turno para abordar.

Para los visitantes más locales el Centenario es ese punto de encuentro ya que al momento unas 700 personas han asistido a los diferentes talleres y actividades recreativas que la comuna meridana ha dispuesto para este periodo. 

Como respuesta a el alto flujo de visitantes en ambos parques zoológicos de Mérida, Antuña Silveira aseguró que se ha reforzado, a petición del alcalde Alejandro Ruz Castro, los programas de atención, vigilancia, mantenimiento y cuidado de los animales. 

“En el Centenario tenemos poco más de 600 animales, con poco más de 93 especies diferentes que dan la oportunidad de que los visitantes puedan vivir la experiencia de un zoológico”, explicó. 

A medida que avanza la tarde, los visitantes comienzan a retirarse, pero el ambiente de alegría y diversión se mantienen. 

“Es un lugar maravilloso para pasar el día, mis hijos se divirtieron y nosotros también”, sostuvo Mariana López quien aprovechó las vacaciones para regresar al Centenario. 

“Venimos al zoológico principalmente por esta zona de juegos infantiles, mis hijos pueden jugar aquí por horas”, relató Ricardo Calderón quien también se dio un espacio para divertirse en familia. 

“Esos cocodrilos parecían estatuas, pero en cualquier momento pueden moverse”, añadió Luis Martínez quien acompañó a su hijo pequeño, visiblemente impresionado por los reptiles.

“Mis hijos no paran de hablar del trenecito desde que les dije que vendríamos”, comenta Claudia Rodríguez, madre de dos pequeños, mientras aguarda pacientemente. 

Durante el recorrido, se pueden ver monos araña balanceándose entre los árboles, provocando risas y señalamientos de los pasajeros. “Es muy divertido ver a los animales así, tan libres. Nos encanta venir y aprender sobre ellos”, añade Carlos, un visitante frecuente del zoológico.

Los visitantes observan con fascinación cómo los grandes felinos se desplazan en sus amplios recintos. “Es impresionante verlos tan de cerca, uno no se imagina lo grandes que son hasta que los tiene enfrente”, dice Raúl Ordoñez, un joven que visita el parque con su familia. 

A un lado, los niños intentan captar la atención de los tigres, que responden con miradas curiosas desde la distancia. Los leones, más tranquilos, disfrutan del sol mientras los visitantes comentan entre ellos sobre la majestuosidad de estos animales.

La mezcla de animales exóticos, espacios recreativos y la oportunidad de aprender sobre la fauna hacen de este zoológico un destino imperdible en Mérida. Mientras las puertas se cierran, queda claro que este espacio continuará siendo un lugar de encuentro y disfrute para muchas generaciones más.

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