El número de casos de intoxicación aguda por alcohol ha experimentado un ligero aumento en Yucatán, con 135 casos registrados hasta el 20 de julio, 19 al mes, en promedio, de acuerdo con datos del Boletín Epidemiológico del Gobierno Federal.
Este incremento de ocho casos respecto al mismo periodo del año anterior sitúa a la entidad en el segundo lugar de la península en esta problemática, solo superada por Quintana Roo con 138 casos y seguida de cerca por Campeche con 130.
De los casos confirmados en Yucatán, 104 corresponden a hombres y 31 a mujeres, lo que evidencia una tendencia similar a la observada en el resto del país, donde los hombres son más propensos a sufrir intoxicación aguda por alcohol.
Las estadísticas revelan que las cinco entidades federativas con más casos reportados de intoxicación aguda por alcohol en la última semana epidemiológica fueron: Jalisco con 1,354 casos, Guanajuato con mil 237, Estado de México con mil 286, Ciudad de México con mil 183 y Chiapas con 560 casos.
Víctor Roa Muñoz, exdirector de los Centros de Integración Juvenil (CIJ) en el estado, señala que el abuso del alcohol es una de las principales adicciones en Yucatán y en todo México y señaló que no todos los casos de intoxicación aguda por esta sustancia llegan a los hospitales públicos.
Explica que la problemática no se limita a la cantidad de días de consumo, sino a la intensidad con la que se ingiere, especialmente durante los fines de semana.
Este patrón de consumo en exceso tiene graves consecuencias para la salud, afectando órganos como el estómago y el hígado, además de incrementar el riesgo de desarrollar adicciones a otras sustancias.
El exdirector de CIJ comentó que el consumo y abuso constante del alcohol también puede afectar la salud social y, en algunas ocasiones, las personas que beben suelen acompañar el alcohol con sustancias ilegales.
“De acuerdo con los datos de CIJ de la última información que tengo, correspondiente a 2022, entre los pacientes que atendimos en ese año, la droga de mayor impacto en el estado fue la marihuana, seguida del cristal y el alcohol”, detalló.
Roa Muñoz destacó que una de las preocupaciones de los últimos años es el alto consumo de cristal, superando incluso las solicitudes de atención por abuso de alcohol.
El también asesor independiente explicó que el abuso en el consumo de alcohol está relacionado con situaciones sociales complejas, ya que en muchas ocasiones existe una cultura de beber los fines de semana, lo que puede llevar a problemas como el ausentismo laboral.
Indicó que, de acuerdo con una encuesta realizada el año pasado por el Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana del Estado de Yucatán (CEPREDEY), basada en un muestreo realizado en 14 municipios de la entidad, el 75.1 por ciento de 20,000 adolescentes entre 14 y 15 años encuestados, afirmaron haber consumido alcohol y el 9 por ciento dijo haber tenido su primera borrachera.
Asimismo, expuso que, según el mismo muestreo de CEPREDEY, el 55 por ciento de los adolescentes encuestados reveló que antes de los 13 años de edad ya habían consumido alcohol e incluso experimentado su primera borrachera.
Además, dio a conocer que el 47 por ciento de los 20,000 adolescentes encuestados respondió que la primera vez que probaron alcohol lo hicieron en sus casas o en las de sus amistades.
Opinó que la disponibilidad de alcohol en muchos hogares puede incidir en el abuso de la sustancia una vez que los adolescentes se convierten en adultos.
“El consumo de alcohol es un problema que inicia a edades muy tempranas, por lo que se deben reforzar los programas preventivos”, señaló.
Concluyó que es necesario continuar trabajando con competencias y habilidades socioemocionales en adolescentes para evitar conductas adictivas. Comentó que la participación en actividades culturales o deportivas durante el tiempo libre puede tener un impacto positivo en este sector de la población.
“Es importante enseñarles a los adolescentes que pueden divertirse sin consumir alcohol, tabaco u otras drogas. Se deben reforzar los programas de parentalidad positiva entre madres, padres de familia y otros cuidadores”, expuso.