Abraham Bote Tun

En medio del rápido crecimiento urbano que amenaza con desaparecer las áreas verdes en Mérida, surgen iniciativas vecinales que buscan contrarrestar este fenómeno. Estos proyectos no solo pretenden dotar de espacios verdes a la ciudad, sino también crear comunidad y fomentar la autosuficiencia alimentaria mediante el cultivo de alimentos propios, como verduras y frutas.  

Hace unas semanas, un grupo de vecinos inició su segunda milpa urbana, después de haber experimentado con éxito la primera el año pasado. Aunque el resultado inicial fue modesto, con la cosecha de tres mazorcas, la experiencia sirvió de aprendizaje. Ahora, con más investigación y asesoría, esperan obtener una cosecha más abundante.   

A pesar de los retos, como el exceso de humedad y plagas, la comunidad está determinada a seguir adelante, valorando el proceso de reconectar con la naturaleza y sus raíces agrícolas.  

Lo anterior forma parte de uno de los proyectos impulsados por Germina-Huerta Comunitaria: Un Proyecto de Sostenibilidad.  

En la vida moderna, muchas personas optan por la conveniencia de los supermercados y tiendas para adquirir sus alimentos. Sin embargo, estos productos no siempre son 100% orgánicos y su procedencia puede estar asociada con la contaminación y el uso de agrotóxicos, perjudicando tanto la salud como el medio ambiente.  

Germina-Huerta Comunitaria es un proyecto sostenible que busca reconectar a las personas con los procesos naturales y el medio ambiente.   

Ofrece insumos y servicios para el cultivo de alimentos sin agrotóxicos y el aprovechamiento de materia orgánica. Entre los productos y servicios que brindan se encuentran plántulas de hortalizas, semillas, composta, biofertilizantes, diseño de huertos personalizados y asesoramiento en compostaje.  

Diana Arteaga, una de las fundadoras, destaca que la misión de Germina es acercar a la comunidad a la autosuficiencia alimentaria y generar redes colaborativas equitativas y saludables.   

“Queremos garantizar que los insumos que ofrecemos estén libres de agrotóxicos, que son nocivos para la salud y dañan el entorno”, afirmó Arteaga.  

Entre los productos que Germina ofrece se encuentran plántulas de hortalizas, semillas, tierra abonada, composta, biofertilizantes, tomates, hoja de mostaza, lechuga, chile y lombri-composteras, estas últimas en colaboración con Jonathan de la Vega. Además, Germina brinda servicios de diseño de huertos personalizados y asesoramiento para mejorar los cultivos y crear compostas caseras, promoviendo así el aprovechamiento de los restos de comida.  

El proyecto de Germina no solo busca la autosuficiencia alimentaria, sino también la creación de una comunidad colaborativa. “Somos un proyecto autogestivo que busca generar comunidad, intercambiar experiencias, sentimientos y conocimientos en torno al cultivo de alimentos y el compostaje de la materia orgánica”, expresó Arteaga.  

Aunque la mayoría de las casas en la ciudad no cuentan con grandes espacios para instalar huertos, Germina ofrece soluciones creativas. “No hay excusas”, dice Arteaga. “Se pueden usar huacales, macetas o aprender de quienes tienen espacio para cultivar juntos.”  

Diana Arteaga también destaca los beneficios de estos modelos de alimentación. “Cultivar tus propios alimentos te permite generar una relación diferente con la naturaleza. Ves el desarrollo de la planta, te asombras con cada flor, con la polinización y el crecimiento del fruto. Es un proceso hermoso de contemplar”, compartió.  

Para ella, es crucial reeducarnos desde la raíz en los procesos de cultivo y compostaje para mejorar nuestra salud. También aboga por explorar otras alternativas económicas como el trueque y abrirnos a nuevas formas de compartir experiencias y conocimientos.  

  La Paz se siembra en huerto comunitario de Las Américas 

La paz no es solo un ideal, sino una meta alcanzable mediante el trabajo comunitario y el compromiso con la seguridad alimentaria y un estilo de vida sostenible, una reflexión de Jazmín Amada Díaz Vázquez, ingeniera agrónoma y una de las fundadoras de uno de los huertos comunitarios que impulsó junto con vecinos del fraccionamiento Las Américas. 

En la esquina de la calle 112 x 55b y 55c en Las Américas, se encuentra uno de estos “santuarios de la biodiversidad”. Con un letrero que da la bienvenida a los visitantes con el mensaje “proyectos paz mundial”, este espacio verde ofrece cultivos de pepino, tomates y otros vegetales. En este rincón, la comunidad respira aire fresco gracias al esfuerzo colectivo. 

El proyecto nació en respuesta a la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, impulsado por el temor a la escasez de alimentos. Jazmín Amada recuerda cómo, tras recibir una donación de una cama para sembrar de la empresa EcoGuerreros, empezó a cultivar cilantro y a invitar a vecinos a través de grupos de WhatsApp. Hoy en día, los huertos comunitarios no solo proveen alimentos, sino que también actúan como espacios de recreación y aprendizaje. 

Además de la siembra y cosecha, los huertos ofrecen un lugar para la meditación, el truque de productos y el fomento de prácticas ancestrales. Las Ecoemprendedoras también desarrollan proyectos con albahaca italiana y plantas medicinales, promoviendo la autosuficiencia y la salud de la comunidad. 

La organización vecinal juega un papel crucial en la gestión y promoción de estos espacios. Jazmín Amada, como representante del Comité Vecinal de Las Américas, destaca la importancia de mantener limpios estos espacios y de asegurar que se utilicen para el bienestar de la comunidad y el medio ambiente. 

Huertos Comunitarios en Vergel II  

Vecinos de la colonia Vergel también han tomado la iniciativa, creando un huerto comunitario en el parque de Vergel II. Esta acción busca fomentar la autosustentabilidad, la conciencia ambiental y la sana convivencia. Durante un evento reciente, se invitó a personas de todas las edades a participar en la creación del huerto y la plantación de alimentos frescos y orgánicos, contando con el apoyo de la Unidad de Desarrollo Sustentable del ayuntamiento.  

Las iniciativas vecinales en Mérida representan una respuesta positiva al desafío del crecimiento urbano. A través de proyectos como Germina-Huerta Comunitaria y los huertos en Vergel II, de Las Américas,  los ciudadanos están creando espacios verdes, fortaleciendo la comunidad y promoviendo la autosuficiencia alimentaria, demostrando que, con esfuerzo y colaboración, es posible transformar el entorno urbano en un lugar más sostenible y saludable. 

El Geoportal del Ayuntamiento de Mérida tiene registrado 6 huertos comunitarios ubicados en el sur de la ciudad   

1 Calle 29 # 318 X 24 Y 24 – A, Col. Manuel Crescencio Rejón 

En el comedor comunitario Manuel Crescencio Rejón 

 2  C. 57 x 20, Col Roble Agrícola 

En el Comedor Comunitario Roble Agrícola 

3 Calle 153 A x 94 y 96B 

Col. Emiliano Zapata Sur I y II. 

4 Calle 56 entre 155 y 155 A, Fracc. Brisas de San José, Col. San José Tecoh 

Comedor Comunitario Madre Teresa 

5 Calle 60 A x 187 C., Col. Guadalupana 

En el Comedor Comunitario la Guadalupana 

6 Calle 141 x 46A, Col. Villa Magna del Sur 

Beneficios de los Huertos Comunitarios  

Los huertos comunitarios ofrecen múltiples beneficios, tales como:  

Provisión de alimentos frescos y naturales.  

Fomento de la interacción y la colaboración entre vecinos.  

Contribución a la reducción de carbono y promoción de la biodiversidad.  

Educación a las nuevas generaciones sobre el cultivo y la sostenibilidad.

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