El nuevo felinario “Balam Balam” en el Parque Zoológico del Bicentenario Animaya se perfila como un espacio para el rescate y rehabilitación de especies silvestres.
Con un 82% de avance en su construcción, este recinto está diseñado para acoger a felinos que, por diversas razones, no pueden ser reinsertados en su hábitat natural.
El proyecto se enfoca en proporcionar un entorno seguro y adecuado para la recuperación de estos animales, ofreciendo instalaciones que simulan su ambiente natural y les permiten llevar una vida en cautiverio de manera segura.
Además de su papel en la rehabilitación, el felinario contribuirá significativamente a la conservación de la fauna regional, especialmente de especies de felinos en peligro de extinción.
Entre las especies que se albergarán están el jaguar, el ocelote y el tigrillo, además de otros felinos que podrían incluirse en futuros programas de conservación.
El proyecto forma parte de un esfuerzo más amplio para preservar la biodiversidad local y proteger a especies que enfrentan amenazas graves en su hábitat natural.
Acompañado de Renán Barrera Concha, alcalde con licencia y principal impulsor de la construcción del felinario, el presidente municipal, Alejandro Ruz Castro, realizó una visita de supervisión en este sitio para verificar los avances de la obra que tiene una superficie de 16 mil 800 metros cuadrados y una inversión de 58 millones de pesos.
El diseño del felinario es innovador y se ha planificado con el objetivo de proporcionar un ambiente lo más natural posible para los animales, de acuerdo con información del Ayuntamiento.
Incluye áreas amplias y adaptadas a las necesidades específicas de cada especie, así como zonas de exposición para los visitantes.
El recinto también contará con un área educativa donde se impartirán talleres y actividades para sensibilizar al público sobre la importancia de la conservación de estos animales.
El impacto potencial del felinario en el turismo local es significativo.
Animaya ya es un destino popular, atrayendo a visitantes de diversas partes del país, y el nuevo felinario promete incrementar esta afluencia. Se espera que el proyecto no sólo atraiga a turistas, sino que también tenga un efecto positivo en la economía local, generando empleos y oportunidades de negocio.
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y organizaciones de la sociedad civil.
Animaya, con 14 años de historia, ha sido un espacio clave para la educación y conservación ambiental en Mérida.
El felinario “Balam Balam” se integra a esta labor, ofreciendo nuevas oportunidades para la investigación y el aprendizaje sobre la fauna. Además, el zoológico continúa siendo un lugar de recreación familiar y un pulmón verde para la ciudad, donde se promueve la arborización y la conservación de especies vegetales.