Mérida podría ser un ejemplo a nivel nacional en la naturalización de las ciudades, aseguró
el Dr. Juan Carlos Rojo Carrascal en su charla “Naturalizar la Ciudad para la Movilidad
Activa”, durante la cual compartió su experiencia sobre la tendencia hacia la naturalización
de las ciudades.

“Hemos artificializado los espacios públicos, deteriorando la movilidad peatonal y en bicicleta”, criticó en este espacio organizado por el Laboratorio Urbano de la Universidad Modelo.

En la céntrica cafetería El Apapacho, el profesor urgió a recuperar las áreas naturales en el
espacio público mediante la arborización para fomentar la movilidad activa.

“Hemos asfaltado de forma excesiva, lo que genera inundaciones, islas de calor y una serie de padecimientos de salud debido a esta transformación hacia la artificialidad. Hablar de naturalizar la ciudad es recuperar las condiciones naturales de un territorio generando mejores condiciones para la gente”, afirmó.

Consiste en sembrar árboles, priorizar áreas verdes y suelos permeables, reducir el asfalto
y adoptar líneas curvas naturales sin perder funcionalidad. El Dr. Rojo lleva poco más de un año residiendo en Mérida y opinó que el suelo natural se ha deteriorado considerablemente debido a la construcción de fraccionamientos más allá de
la periferia.


“Veo un Centro Histórico al que le falta bastante de naturaleza para poder mejorar las condiciones de movilidad de la gente. Es donde más camina la gente y también donde menos árboles hay”, lamentó.

Para el experto en urbanismo, Mérida cuenta con las condiciones ecológicas para ser una
ciudad muy arborizada, con sombra y naturaleza que pueden mejorar la calidad de vida de
sus habitantes, especialmente para quienes caminan en su centro.

Rojo Carrascal señaló que la naturalización de la ciudad traería beneficios en materia de
salud: “Más oxígeno, menos calor, menos inundaciones en la ciudad y desestrés para la
gente”.

Recordó que caminar y usar la bicicleta generan mejoras significativas en la salud de las
personas, además de implicar un menor número de autos y, por ende, menos
contaminación, smog y partículas contaminantes en general.

“Un paisaje más verde promueve la vida y ayuda a recuperar la biodiversidad, beneficiando a todos. Árboles, flores y polinizadores también contribuyen a la fertilidad de las plantas y proporcionan alimento natural.”

Juan Carlos Rojo reconoció que hay zonas de Mérida donde se han logrado estas
condiciones de naturalización. Como ejemplo, mencionó las colonias México y García
Ginerés, cuyas áreas de este tipo, celebró, se han recuperado.

Hay otras ciudades, dijo, como Vitoria-Gasteiz en España, que ha recuperado mucho de su verde e incluso generado un cinturón alrededor, protegiendo su crecimiento para contar con condiciones ecológicas y de salud adecuadas para todos sus habitantes.

En el caso de Mérida y su naturalización, Rojo Carrascal previó que la voluntad política
poco a poco cederá: “Ha habido una campaña fuerte en las ciudades del país, y creo que se está comprendiendo”.

Reconoció que las urbes llevan décadas desarrollando infraestructura para los automóviles
en detrimento de la naturaleza. No obstante, consideró, recientemente las personas se
orientan más hacia estos modelos y la voluntad política se está viendo factible.

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