Con apoyo de la Sedena, especialistas del INAH restauran cinco de siete edificaciones, actualmente con trabajos generales de consolidación que las pondrán en valor para ser apreciadas por la gente en ese paradero del tren.

En tanto, las otras dos fueron selladas como reserva futura de investigación, informó el responsable académico del proyecto de salvamento arqueológico en la ruta del Tren Maya, Manuel Pérez Rivas.

Las estructuras se ubicaron en el área periférica de la zona arqueológica de Kohunlich; corresponden a agrupaciones familiares de elite, con posible filiación a esa antigua ciudad.

Por su mampostería y sus piedras labradas, las edificaciones tienen características del estilo Petén, cuya temporalidad va de 300 a 600 d.C., hasta 900 a 1000 d.C., explicó el coordinador del Tramo 7, Ramón Carrillo Sánchez, conjuntamente con David Palomino Yam.

Además de las siete estructuras se descubrieron diversos materiales arqueológicos de lítica, cerámica, concha y restos óseos humanos, entre los que destaca un pectoral de caracol en forma de media luna, con cuatro personajes, dos de ellos centrales y dos secundarios: “Es un tipo de pectoral del cual no existen más de seis en toda el área maya de México y Centroamérica”, destacó el arqueólogo Carrillo Sánchez al referir que “el objeto debió pertenecer al dueño de la casa y que pudo ser ofrendado a la construcción en señal de continuidad cuando se levantó un añadido”.

Para su identificación fueron denominadas con números: la Estructura 35027, presentada en días pasados por la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, es la más cercana a la estación del tren, y en ella se halló el pectoral; está formada por un basamento rectangular sobre el que desplantan dos cuartos abovedados, uno al norte y el otro al oeste. Tiene adiciones de crecimiento al sur y fue delimitado con un muro burdo, tipo albarrada, al sureste.

De acuerdo con las investigaciones del arqueólogo Enrique Nalda (1936-2010), el sitio de Kohunlich es un enorme asentamiento, conformado por una serie de complejos arquitectónicos de carácter ceremonial y residencial, algunos de los cuales pudieron funcionar como barrios o agrupamientos familiares de la elite.

Sus edificios muestran diversas etapas constructivas y estilos arquitectónicos. Los más tempranos se pueden asociar a un estilo de la región del Petén.

Todos los materiales arqueológicos hallados están en proceso de análisis. El estudio del transecto, que es el derecho de vía del Tren Maya, ha permitido ampliar la información de un área que, en principio, la arqueología pensó que, al atravesar las periferias de grandes ciudades mayas.

Sin embargo, a través de la oportunidad de investigación que ha ofrecido el proyecto Tren Maya, y con base en las edificaciones de grandes dimensiones, hoy se confirma que estuvo habitada por una elite maya, lo que abre una puerta nueva de conocimiento de la cultura maya prehispánica en la región sur de Quintana Roo, finaliza el arqueólogo Ramón Carrillo Sánchez.

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