El Colectivo de comunidades mayas de los Chenes exige una pronta respuesta de las autoridades ante una preocupante disminución en el número de abejas, que los apicultores han catalogado como una “muerte masiva”, ocurrida en la región de los Chenes (Campeche y parte de Yucatán).

Los apicultores notaron una considerable disminución en la población de abejas y encontraron numerosos ejemplares con evidentes signos de intoxicación por peligrosos plaguicidas.

De acuerdo con el comunicado emitido por el colectivo, en el año 2024 los apicultores de la región Maya de los Chenes enfrentaron una serie de desafíos devastadores que amenazaron gravemente su sustento y el ecosistema local.

La prolongación de la sequía y los incendios forestales descontrolados afectaron severamente la actividad apícola, obligando a los apicultores a realizar esfuerzos extraordinarios para preservar sus colmenas y apiarios.

Aunado a esto, expusieron, el embate de fenómenos hidrometeorológicos durante el mes de junio exacerbó la crisis, con inundaciones y lluvias torrenciales que causaron daños significativos en caminos y apiarios, dificultando aún más las condiciones de trabajo para los apicultores.

Además, se menciona, cambios en la fenología floral retrasaron la cosecha de miel en la temporada regular, impactando negativamente la economía de las familias apicultoras y resultando en pérdidas económicas considerables.

“A principios de julio, tras el paso del huracán Beryl sobre la península de Yucatán, los apicultores activaron alertas y sistemas de prevención ante posibles fenómenos hidrometeorológicos, conscientes del riesgo adicional para sus colmenas por inundaciones y caída de árboles”, señalaron en su boletín de prensa.

A pesar de no sufrir daños directos por el huracán, al inspeccionar los apiarios, los apicultores descubrieron una devastadora escena: una muerte masiva de abejas, algunas con síntomas de intoxicación por plaguicidas altamente peligrosos.

En la comunidad de Ich-Ek se confirmó la pérdida total de más de 248 colmenas, representando el desvanecimiento de un patrimonio apícola construido durante más de 40 años de trabajo familiar.

Los apicultores realizaron un monitoreo exhaustivo en áreas cercanas a los apiarios, identificando un polígono de 13 hectáreas de cultivo de chile habanero, conocido por su alta susceptibilidad a plagas y el uso intensivo de plaguicidas. Un estudio del Instituto Nacional de Equilibrio Ecológico y Cambio Climático en 2023 reveló la presencia generalizada de insecticidas peligrosos cerca de las colmenas, subrayando prácticas inadecuadas de manejo de plaguicidas que potencian su efecto nocivo.

Para los apicultores, la conexión entre la muerte masiva de abejas y las fumigaciones agrícolas en los Chenes se suma a una serie de incidentes documentados por apicultores en años anteriores, reflejando una preocupante tendencia en la región.

“A pesar de amparos y suspensiones de fumigaciones con plaguicidas peligrosos otorgados por el sistema judicial mexicano en el municipio de Hopelchén, las prácticas destructivas continúan impunemente, con impactos severos no solo en la biodiversidad, sino también en las comunidades indígenas que dependen de la apicultura para su subsistencia”, subrayaron.

Los apicultores afectados demandan justicia y acciones concretas de las autoridades y las instituciones gubernamentales para proteger su actividad ancestral y el medio ambiente. Exigen el cumplimiento de las leyes ambientales y la implementación de medidas preventivas efectivas para evitar futuras tragedias en la región de los Chenes y más allá.

Abraham Bote

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