Foto: Miguel Martínez Corona

Hombre de símbolos, el presidente Andrés Manuel López Obrador conmemoró el quinto a aniversario de la Guardia Nacional (GN) en el mismo sitio donde comenzó su despliegue: el Campo Marte.

Desde ese recinto militar, frente a cientos de guardias, muchos de ellos con raíces verdes olivo, o azul marino, y a la vera del monumento que conmemora el centenario del Ejército Mexicano, López Obrador fue escueto pero directo:

“La creación de la Guardia Nacional fue un acierto”.

Y ante su gabinete, incluido el Fiscal Gertz Manero -que hacía más de medio año que no aparecía en público- y con decenas de generales en activo y retirados detrás, el saliente comandante supremo de las fuerzas armadas lanzó un guiño a la institucionalidad de la Secretaría de la Defensa:

“Tenemos esta nueva corporación. Ya tenemos la Guardia Nacional, que es una corporación profesional aprobada por los mexicanos (…) tiene que ser un ejemplo de honestidad una organización incorruptible para que de esa manera se sigue garantizando la paz y la tranquilidad en nuestro país”.

Y, sin mencionar el proyecto de adscripción de la GN a la Defensa, que fue la idea original en 2019 pero que la Oposición limitó durante casi todo su sexenio, y que en septiembre podría volverse realidad con la entrada de un nuevo Legislativo morenista, así como de un segundo periodo presidencial guinda, López Obrador agradeció a las Fuerzas Armadas su labor en materia de seguridad durante su administración.

López Obrador les dio las gracias con vehemencia; recordó que para que pudiesen intervenir en materia de seguridad interior se hizo una reforma constitucional, y que a partir de entonces:

“Desde hace 5 años Contamos con estas dos importantes instituciones que tienen una tradición. De disciplina de profesionalismo son 2 pilare fundamentales del Estado Nacional, la Secretaría de Marina la Secretaría de la Defensa”.

Y han soportado tanto su administración en materia de seguridad que, acorde a su estilo de ejemplificar con la historia, recordó que estas son leales e institucionales, no como la Policía Federal Preventiva, la cual por “circunstancias que no vienen al caso recordar” se pudrió.

Una de ellas, y en la que ha sido constante es porque su mando fue civil, anclado en la Secretaría de Seguridad, de la que el propio mandatario se encargó de proyectar una sombra de desconfianza hace una semana, cuando en una Mañanera le quitó de facto la comandancia de la GN para el siguiente sexenio, durante el cual se planea que se consolide como un ala más del Ejército:

“Es lo más conveniente para garantizar la seguridad pública el que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa (…) hay garantía de que no se corrompa la Guardia Nacional”.

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