Ante el posible impacto del huracán “Beryl”, las previsiones en Mérida se han intensificado, volcando a sus habitantes a las tlapalerías, sitios donde adquieren insumos para “blindar” sus viviendas ante cualquier contingencia derivada del ciclón.
En un recorrido realizado por 24 Horas Yucatán por estos centros de abasto, se constató que fueron “abarrotados” por meridanos preocupados.
En el norte de la ciudad, por ejemplo, dos de los establecimientos más grandes del giro estuvieron “a reventar”, según opinaron compradores mientras hacían fila para pagar su material.
Cintas aislantes, maderas, cuerdas, taladros, taquetes e incluso generadores de energía a gasolina fueron algunos de los productos más demandados durante esta jornada previa a la llegada de “Beryl”.
El ir y venir de empleados dejó constancia del interés de la clientela en dejar asegurado su patrimonio ante la incertidumbre de los próximos días.
Trabajadores de estas tiendas no se dieron abasto ante la avalancha de preguntas relativas al reforzamiento de la seguridad de cara a los fuertes vientos.
A las tres de la tarde, Protección Civil de Yucatán informó que Beryl disminuyó su fuerza y se degradó a categoría 4 y se localizó a 1,858 kilómetros al sureste de Yucatán. Se traslada al oeste-noroeste a 35 KM/hora.
“Por el momento, el sistema no afecta a las costas nacionales. Sin embargo, se prevé que a partir del día jueves, las bandas nubosas de ‘Beryl’ ocasionen lluvias intensas a puntuales torrenciales, rachas fuertes de viento y oleaje elevado en la Península de Yucatán”, precisó el SMN.
Mientras el huracán se acerca, en las grandes tlapalerías de la capital yucateca la gente continúa con la resolución de sus inquietudes. Tinacos, compresores de aires acondicionados y láminas figuran entre los pendientes pues “no vaya a ser que se vuelen con los vientos”, así que reciben asesoría de los dependientes.
En el pasillo de las cintas aislantes, don Gerardo hace malabares con dos rollos de diferentes marcas y características mientras le explican las bondades de cada uno. La más fuerte, asegura el vendedor, requerirá después de una solución química para remover los residuos de pegamento en forma de “X” en sus ventanas. Desde luego, se lo ofrece.
Pese a tratarse de una arraigada práctica previa a los huracanes en Yucatán, expertos en ventanas aseguran que es una pérdida de esfuerzo, tiempo y cinta. “Encintar” los vidrios, señalan, ofrece muy poca protección al vidrio y ninguna contra los escombros que podrían “salir volando” en caso de que “Beryl” intensifique sus vientos.
En contraste con la vorágine en tlapalerías y ferreterías de Mérida, una importante cantidad de negocios equipados con grandes ventanales continúan sus actividades con aparente normalidad.
A diferencia de otros años, en los que agencias automotrices, por ejemplo, desalojaban sus salas de exhibición, hoy los vehículos lucen detrás de los cristales que los guardan.
Por otra parte, supermercados y tiendas de conveniencia en Mérida de nueva cuenta recibieron a una gran cantidad de personas ávidas de surtir sus despensas con insumos no perecederos de cara a los posibles embates del huracán “Beryl”. Las llamadas “compras de pánico” no se hicieron esperar este martes a dos días del arribo del meteoro.
Por tercer día consecutivo los almacenes lucieron algunos anaqueles vacíos entre sus hileras; y pese a los esfuerzos del personal por mantener el abasto, la demanda fue incrementando exponencialmente al paso de las horas. Los insumos más demandados continúan siendo aquellos de primera necesidad.
A través de las redes sociales virtuales decenas de internautas tuvieron a bien el compartir sus experiencias en los supermercados más concurridos de Mérida a manera de advertencia: “Ni vengan, ya no hay sopas” publicó la clienta de uno de ellos previo una oleada de “likes” y comentarios escépticos.
En un almacén de venta al mayoreo situado al norte de la capital yucateca, la clientela se formó desde las 8 de la mañana aguardando a las 10 que abren sus puertas; y en videos compartidos en la red puede apreciarse como ingresan en busca de los codiciados insumos no perecederos. “Revendedores”, acusan comentarios.
Ante la incertidumbre del impacto, se espera que la dinámica en los “súpers” vaya incrementándose -o disminuyendo- en función de los pronósticos meteorológicos, pues todavía hay quienes esperan “hasta el último momento” para hacer sus “compras de pánico”. Se recomienda prestar atención a los avisos oficiales.