Fotografía: Kenia Suarez

Ante la contingencia climática que se presentará en los próximos días en la península de Yucatán, los meridanos ya toman previsiones. Ejemplo de lo anterior son los supermercados de la capital yucateca, sitios que desde el domingo presentaron inusuales filas y las llamadas “compras de pánico” que se acentuaron con la última quincena de junio.

Como hemos informado, el huracán Beryl ha ido incrementando su fuerza, hecho que no ha pasado desapercibido entre quienes habitan la capital yucateca y cuentan con experiencias previas relativas a ciclones tropicales en la entidad.

A pesar de que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha aclarado que se debilitará al tocar tierra -lo que sucederá posiblemente la noche del jueves– la intensidad de las lluvias es todavía incierta en la región, lo que mantiene en alerta a la población que se volcó a las tiendas de autoservicio a fin de abastecerse con lo necesario.

En supermercados y tiendas de conveniencia distribuidas en los cuatro puntos de Mérida una amplia gama de productos no perecederos “volaron” de los anaqueles. Papel sanitario, sopas, galletas, latería y agua purificada fueron los más solicitados durante estas atípicas jornadas.

Joel, empleado de un súper al norte de Mérida explicó que el fenómeno comercial dio sus primeros indicios el domingo por la mañana con la llegada de cientos de compradores que llenaron sus carritos con los artículos ya mencionados.

Además, detalló, la incertidumbre generada por Beryl se sumó a que coincidió con el pago de la quincena y el hecho de que fue domingo; y muchas personas no trabajan ese día. El lunes, según se pudo constatar, la euforia por llenar la alacena descendió considerablemente, aunque todavía pudo observarse movimiento.

“No vaya a ser…” reza el sentir colectivo de una sociedad meridana cuyas experiencias con los huracanes Gilberto e Isidoro -en 1988 y 2002, respectivamente- propiciaron las compras compulsivas a sabiendas de que la escasez es una posibilidad latente cuando se habla de fenómenos meteorológicos.

En la fila del supermercado se encuentra la señora Margarita llevando a rastras un carrito a rebosar de productos. Ella asegura que el meteoro no la agarrará “en curva” ni a ella ni a su familia; y en todo caso “es mejor estar prevenidos”, pues de cualquier manera los productos se consumirán.

Otros insumos que en menor medida cobraron relevancia previa a la llegada del ciclón fueron la gasolina y el gas. En algunas estaciones de gasolinera de la capital yucateca se pudieron observar filas moderadas de vehículos que las abandonaron con el tanque lleno; y los vendedores de gas reportaron mayor actividad este lunes.

También hay casos en los que la precaución llevó a los meridanos a las tlapalerías a fin de adquirir cinta adhesiva, cuerdas y otros artículos enfocados en el aseguramiento de sus pertenencias. No obstante, la demanda creció, en ninguno de los sitios se reportó escasez de algún producto en especial: “Hay de todo”.

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