El próximo 26 de junio se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
Esta jornada tiene como objetivo sensibilizar a la comunidad sobre el grave impacto del abuso de drogas y el tráfico ilícito en la sociedad. En México, esta fecha adquiere una relevancia especial debido a los desafíos únicos que enfrenta el país en este tema.
El informe mundial sobre drogas, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), revela que el consumo de drogas sigue siendo elevado en todo el mundo. En 2021, una de cada 17 personas entre 15 y 64 años había consumido alguna droga.
El número estimado de consumidores aumentó de 240 millones en 2011 a 296 millones en 2021, representando el 5.8% de la población mundial en ese rango de edad.
Según el informe, los jóvenes son los más vulnerables. En 2021, el 5.3% de los adolescentes de 15 y 16 años (13.5 millones) habían consumido cannabis en el año anterior.
El cerebro de los adolescentes aún no ha terminado de desarrollarse, y el consumo de drogas puede tener efectos perjudiciales a largo plazo. El inicio temprano en el consumo puede llevar a una dependencia más rápida que en los adultos y a otros problemas en la edad adulta.
El Dr. Paulo F. Castañeda Méndez, infectólogo y jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Médica Sur, enfatiza la importancia de la educación y la prevención: “El abuso de drogas es una epidemia silenciosa que afecta a individuos y familias en todas las regiones de México.
Es crucial implementar programas educativos y de apoyo que no solo informen sobre los peligros del consumo de drogas, sino que también ofrezcan alternativas saludables para quienes luchan contra este problema, recibiendo ayuda multidisciplinaria de expertos en adicciones. Por otro lado, el consumo y distribución de drogas forman parte importante del incremento de hechos delictivos en nuestro país”.
Los daños que producen las drogas en México son profundos y multifacéticos. El consumo de drogas está asociado con una variedad de problemas de salud, incluyendo sobredosis, enfermedades infecciosas como el VIH, Hepatitis B y C, trastornos mentales y enfermedades cardiovasculares. De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (CENSIDA), “los usuarios de drogas inyectadas están frecuentemente ligados a redes de servicio sexual y al intercambio de equipo de inyección”.
México cuenta con una legislación vanguardista, progresista y humanista, resultado del trabajo de varios años basado en buenas prácticas profesionales y científicas. Las personas de nuestro país tienen a su disposición la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones (ENPA), la más importante en la historia nacional y probablemente del mundo. Asimismo, se ha iniciado la conversión de 341 centros de atención primaria en adicciones hacia Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, una gran red que, junto con hospitales generales y clínicas, ofrece tratamiento universal y gratuito, así como servicios de prevención y orientación.
El compromiso de todos los mexicanos es esencial para enfrentar este desafío nacional. La cooperación entre el gobierno, las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil es fundamental para construir un futuro libre del abuso de drogas y sus devastadoras consecuencias.
En México, hasta enero de 2023, 35.6 millones de personas han recibido servicios de prevención y atención a través de la ENPA. El impacto social y económico del abuso de drogas es significativo. Las familias mexicanas enfrentan la desintegración y el sufrimiento cuando un miembro lucha con la adicción. La productividad laboral se ve afectada, y los costos asociados con el tratamiento de salud y la aplicación de la ley ejercen una presión considerable sobre los recursos nacionales.