Con las temporada de lluvias abundantes en el Estado que provocan los encharcamientos y el pavimento mojado aumenta hasta en un 35% la posibilidad de sufrir un siniestro vial, advierte el auditor René Flores Ayora.
El especialista explicó que cuando llueve es más complicado conducir, ya que, entre otros factores, se reduce la visibilidad. Además, advirtió que se pierde adherencia por el pavimento mojado.
“En estas condiciones, debemos extremar las precauciones, porque se aumenta el riesgo de sufrir un siniestro de tránsito de un 20 hasta un 35 por ciento”, indicó.
Ante este panorama y teniendo en cuenta que la temporada de lluvias y ciclones tropicales concluye hasta el último día del mes de noviembre, Flores Ayora planteó las siguientes recomendaciones para evitar ser parte de la estadística en cuanto a los siniestros viales en esta temporada:
Mantener el parabrisas en buen estado, sin daños y limpio, ya que un cristal sucio por dentro se empaña con más facilidad con el frío y es más difícil de limpiar.
Llevar en buenas condiciones las escobillas de los limpiaparabrisas. De esta forma, se podrá actuar sobre toda la superficie del cristal cuando activemos el limpiaparabrisas, sin dejar esas rayas o restos de agua que impidan la visibilidad.
Utilizar una ventilación adecuada. Explicó que cuando llueve, los cristales tienden a empañarse más rápido por las diferencias de temperatura y humedad, por lo que indicó que lo más eficaz es usar la ventilación dirigiendo el aire acondicionado al parabrisas.
Encender las luces bajas para ser vistos con mayor facilidad. Recomendó nunca utilizar las luces altas o largas, ya que detalló que su reflejo sobre el pavimento mojado reduce la visibilidad de los otros conductores.
Estar pendientes de los charcos de agua para evitar situaciones como el “acuaplaneo” y de ser posible comprobar cuál es el agarre de las llantas de los vehículos en la carretera.
Aumentar la distancia de seguridad.
Fijarse en las luces de los coches que van adelante.
Parar en un lugar seguro si la visibilidad se reduce hasta imposibilitar la conducción.
Circular atentos a los vehículos próximos, sobre todo si son del transporte público.
Aplicar en el parabrisas un tratamiento repelente de lluvia; de esa forma se mejora la agudeza visual, sobre todo para la conducción nocturna.
El especialista recordó que siempre se debe manejar con los cinco sentidos, ya que con un error basta para derivar en un siniestro vial. Recordó que es importante respetar las señaléticas, los límites de velocidad e invariablemente mantener una distancia segura entre un vehículo y otro.
En otro orden de ideas, el auditor en seguridad vial informó que hasta la fecha, y por lo menos por lo registrado en los diferentes medios de comunicación, en el estado han fallecido 128 personas a consecuencia de un siniestro vial.
Consideró que cada una de estas muertes por hechos de tránsito es prevenible y evitable, en el entendido de que, en el 90 por ciento de estos, son consecuencia de un error humano.
De estas 128 muertes por siniestros viales, 79 corresponden a motociclistas, 18 fueron pasajeros, 13 conductores, 9 ciclistas y 9 peatones.
Eso sí, comentó que estas son cifras conservadoras, ya que muchas de las muertes por estas causas no se reportan o bien simplemente no se cuentan, ya que tras un siniestro vial una persona puede quedar delicada y posteriormente fallecer en el hospital, restando a la estadística y sumando ese deceso a otra causa.