La Península de Yucatán, con sus extensos litorales que abarcan los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, es un paraíso turístico que atrae a millones de visitantes cada año. Sin embargo, detrás de su belleza natural y su rica historia, se esconde un problema urgente: la contaminación plástica que afecta tanto a las playas como al ambiente marino.
A pesar de los esfuerzos de limpieza realizados por organizaciones como Ríos Limpios, la presencia del plástico en las playas y manglares de Yucatán persiste. Según Greenpeace México, la región del Caribe mexicano es una de las más afectadas por la contaminación por plásticos a nivel nacional.
“La sobresaturación de residuos plásticos en las costas es una crisis ambiental que requiere acciones urgentes y contundentes por parte de las autoridades y la industria”, señala Ornela Garelli, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace México.
De acuerdo con Eduardo Negrete Cue, director de la organización Ríos Limpios, en el último trimestre del año pasado se recolectaron siete toneladas de residuos sólidos en playas y manglares, y al menos el 85% eran artículos de plástico.
“El uso generalizado del plástico en la vida cotidiana sigue siendo un desafío importante: envolturas, bolsas y calzado de plástico son algunos de los elementos más comunes encontrados”, agregó.
Greenpeace advierte que la contaminación plástica amenaza directamente la vida marina. “Las especies no solo ingieren partículas de microplástico, sino que también se enredan en objetos plásticos, lo que a veces es mortal”, explica Garelli.
Además, la vegetación en los manglares, como las algas, sufre debido a la falta de luz solar causada por la acumulación de plástico en el agua, afectando su fotosíntesis y el equilibrio ecológico.
Negrete Cue explicó que en Quintana Roo el acumulamiento es muy grave, ya que la corriente arrastra basura plástica desde Sudamérica. En Yucatán, aunque en menor medida, persiste el problema por prácticas locales de tiraderos a cielo abierto y visitantes que dejan sus desechos en las playas.
Desde Greenpeace instan a las autoridades a implementar una legislación sólida que regule y reduzca el uso del plástico de un solo uso. “Es fundamental acabar con los productos de plástico desechable e impulsar alternativas verdaderamente sostenibles”, afirma Garelli.
La organización también hace un llamado a la responsabilidad individual. “Los consumidores debemos exigir productos con menos empaquetamiento y llevar nuestras propias bolsas y envases reutilizables”, señala.
La situación en Yucatán refleja la crisis global de contaminación por plásticos. Estudios demuestran que al menos el 70% de los peces ya tienen microplásticos en sus organismos, mientras que las “islas de plástico” en los océanos aumentan año tras año.
Es urgente abordar este problema desde todos los frentes para proteger los frágiles ecosistemas costeros y marinos de la Península de Yucatán y garantizar un futuro sostenible.