Fotografía: Cuartoscuro

Para la senadora Martha Lucía Mícher Camarena, nos encontramos en momentos de cambios coyunturales a partir de las dinámicas socioculturales, así como del derecho internacional actual, en lo que tiene que ver con las nuevas maternidades. 

“Es un asunto que compete únicamente a las mujeres gestantes, sobre todo de su derecho a decidir, pero con el apoyo del estado para recibir desde la educación sexual, información necesaria a lo largo de su vida, así como el acceso a métodos conceptivos o de ser el caso al aborto libre y seguro desde las instituciones públicas de salud”, dijo a 24 HORAS Yucatán.

La legisladora señaló que el tema del derecho a la maternidad, es una situación que tiene que ver con la salud de las mujeres gestantes, pero también con el cumplimiento del Artículo 4to., de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual habla de que toda persona tiene derecho a decidir libre, informada y responsablemente sobre el número y espaciamiento de hijos que desea tener.

Mícher Camarena consideró que, dados los tiempos actuales, “se debería dar un significado distinto al concepto de maternidad, dejando esta posibilidad a la libre determinación de las mujeres a convertirse en madres o no”.

Señaló que parte de la salud reproductiva de la mujer tiene que ver primero con el acceso a información, es decir, una educación sexual temprana, con lenguaje acorde a la edad, pero también a fármacos y elementos anticonceptivos. 

“Además de métodos de emergencia ante un embarazo no planificado e incluso el derecho al aborto seguro, así como gratuito en los hospitales públicos”, añadió.

La senadora morenista consideró que, si bien al momento la ley contempla el acceso a la interrupción legal de embarazo, aún no existe en lo general la voluntad política de dar a conocer derechos para las niñas y adolescentes a la interrupción legal del embarazo, con mecanismos como la NOM-046.

“Las maternidades deben ser primero elegidas, deben ser conscientes, deseadas y placenteras, las mujeres en todos periodos de nuestra edad gestante, tenemos que tener acceso a información y educación sexual”, indicó.

Argumentó que es necesario garantizar estos derechos de las mexicanas gestantes ya que México es uno de los países con más embarazos en la adolescencia, lo que estaría reflejando la falta de educación sexual de niñas y jóvenes.

Expuso que es necesario que exista capacitación al interior de las instituciones de salud, para que el personal ofrezca la atención adecuada, incluso sí se les solicita la interrupción legal del embarazo. Asimismo, consideró que se necesita de una sociedad civil y empresariado, cada vez más informado y sensibilizado para con estos temas.

Recordó que uno de los avances que ha habido en México es la interrupción legal del embarazo, atendiendo un llamado que ha realizado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), no obstante, únicamente en 12 estado de la República se reconoce este derecho, debido a las constituciones locales.

Eso sí, la senadora señaló que para asegurar que en México exista la posibilidad de ejercer una maternidad responsable y elegida, no únicamente es competencia del sector salud, sino más bien de un asunto integral; en el entendido de que se necesita mayor sensibilidad de la iniciativa privada de contratar madres, de las escuelas para dar las mejores herramientas de educación, además de los programas, así como las políticas públicas por parte de los tomadores de decisiones, entre otros frentes.

De igual forma, expuso que es necesario la participación de los hombres desde su educación para respetar el estricto derecho de las mujeres sobre sus cuerpos, hasta el momento de que también a ellos se les de tiempo en sus trabajos para paternar.

“Es necesario un sistema de cuidados que apoye a las maternidades, que ayude a las madres que salen a trabajar, pero también a aquellas que son cuidadoras de sus enfermos y no se pueden integrar a la vida laboral”, indicó.

Finalmente, opinó que la patria empieza por la casa y es por eso que habría democratizar las prácticas familiares haciendo responsables en la misma proporción a hombres de las mujeres para el cuidado de los hijos o de la sensibilidad suficiente para aquellas que no desean ser madres.

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