El camino de la adopción en Yucatán suele ser largo y sinuoso, sin embargo, para Liliana Andrade, cada esfuerzo ha valido la pena. Hoy, a cinco años de haber iniciado el proceso de adopción del pequeño Zabik, celebrará junto con su familia su primer Día de la Madre; y aprovechó la ocasión para exhortar a las autoridades a brindar “un acompañamiento real a las mamás que ya tienen en su corazón a un hijo adoptivo”.
Luego de engorrosos trámites y recorrer diversas instituciones, Liliana y su esposo Jesús pudieron conocer a Zabik hace dos años, cuando él tenía siete. Fue en el mes de abril del 2023 cuando se oficializó su adopción; y en junio de ese mismo año les entregaron el acta de nacimiento, lo que consumó la historia que los convirtió oficialmente en una familia ante el estado.
La madre cuenta que es el pequeño quien ha llevado la pauta de la relación desde el principio, pues está consciente del proceso que tuvieron que pasar como familia. Su personalidad, dice, ya estaba formada; y lo describe como un niño muy seguro de lo que quiere, aunque con los miedos propios de uno adoptado.
Fue en el 2019 cuando a través de la página de Facebook “Buscando a Zabik” la familia Cabral Andrade dio a conocer los pormenores de su proceso de adopción. Hoy, ese espacio ha cambiado drásticamente su dinámica; y es uno en donde comparten la felicidad que les causa el haber consumado el sueño de formar una familia.
Se recordará que en marzo de este año fue aprobada la Ley de Adopciones de Niñas, Niños y Adolescentes de Yucatán, una iniciativa que busca reducir los tiempos de este trámite en el estado. Desde que Liliana buscaba ser madre, legisladores y legisladoras le prometieron acelerar la aprobación de dicha Ley. No obstante, dados los tiempos, no se vio beneficiada por la misma.
En ese sentido, lamentó que persista una desconexión entre las instituciones involucradas en la adopción de un menor, así como sesgos en las explicaciones que se brindan en cada una de ellas. Más allá de la aprobación de la Ley, Liliana considera fundamental que exista coordinación entre las entidades que pueden hacer posible que miles de mujeres en Yucatán cumplan su sueño de ser madres.
Del mismo modo opinó que el trámite para adoptar debería ser más humano y sensible, especialmente en lo referente al trato a las aspirantes a madres: Para ella, una de las etapas más dolorosas del procedimiento fue el trato que recibió: “Te trataban como si fueras a sacar unas placas; y yo con el corazón en la mano”.
Reiteró que un proceso de esta índole puede ser desgastante, por lo que apeló de nueva cuenta a la sensibilidad, aclarando que es entendible que deban pasar por una evaluación previa, “pero el proceso hubiera sido otro si hubiera habido más sensibilidad. Que la mamá que en su corazón ya tiene un hijo adoptivo tenga un acompañamiento real y se valide su deseo de ser madre”.
Ya habiendo dejado el papeleo en el pasado, el pequeño Zabik aprovechó también para expresar la felicidad que siente al formar parte de una familia: “Me siento muy muy feliz con la familia tan bonita que me tocó; y con que sí se pueda adoptar a un niño”.
Al principio, reconoció, se sentía asustado, pero luego ese miedo se disipó al conocer a quienes serían sus padres para siempre. De su madre Liliana, el niño celebró que sea una persona amable, amorosa, accesible, atenta y que siempre está al pendiente de sus necesidades.
Juan Manuel Contreras