Mérida, la capital yucateca conocida por su arquitectura colonial, está alcanzando nuevas alturas con la construcción de 69 torres (33 construidas y 36 más por construir), de más de 40 metros de alto.

Este boom arquitectónico vertical no sólo redefine el skyline de Mérida sino que también refleja la nueva identidad urbana que está emergiendo.

Ante el crecimiento sustancial, con la llegada de numerosos connacionales y extranjeros atraídos por la paz, la economía y atractivos en el Estado, Mérida ha experimentado una expansión de la mancha urbana a varios kilómetros después del Periférico, pero también hacia su propio cielo.

Con estructuras que superan en altura al histórico Castillo de Chichén Itzá (30 m), el Templo del Adivino en Uxmal (33 m) y la Catedral de Mérida (43.5 m), se está escribiendo un nuevo capítulo en la historia urbana de la ciudad.

El proyecto moderno más emblemático de este cambio es el edificio “The Sky”, que, con sus 160 metros y 36 pisos, no solo será la estructura más alta de Yucatán, sino también un símbolo de la modernidad que la ciudad está abrazando. 

Este gigante no sólo ofrece oficinas y servicios, también proyecta  un centro neurálgico de actividad económica y social, equipado con un centro comercial, restaurantes y un consultorio médico.

La transformación no se limita a nuevos gigantes de concreto y acero. El impacto de estas torres se extiende a la cultura y el día a día de los meridanos. 

La historia comenzó en la década de los setentas cuando se construyeron otras edificaciones de gran escala, como el hotel Mérida (40 m) en la calle 60 con 57 y El Castellano (42 m) en la calle 57 entre 62 y 64, también del Centro.

Tras la conquista del espacio aéreo del hotel Hyatt en 1993, con 69 metros de altura, en la avenida Colón con calle 60, en un año después se construye la torre de Banamex, en Prolongación Paseo de Montejo, en el fraccionamiento Gonzalo Guerrero en 1994, que se yergue con 54 metros y 12 pisos.

De 2009 a la fecha la ciudad comenzó a albergar una nueva generación de construcciones elevadas, principalmente en el norte de la ciudad, donde ha sido de gran atractivo a desarrolladores locales, nacionales y extranjeros, por su importante proyección comercial y habitacional. 

El edificio pionero en esta zona fue la torre Vértice, en la avenida Shután Medina, en la colonia Montecristo, que se elevó a 42 metros y el edificio del hospital Star Médica, en Altabrisa, con 40 metros. 

Le siguieron las dos torres: Cenit y Magnia, a espaldas de Plaza Altabrisa, también con 42 metros de altura, inauguradas en 2014.

En un estudio realizado por el Foro Mérida, para urbanistas, desarrolladores, constructores y despachos de arquitectura, aparecen en un ranking todas las construcciones verticales que se realizan o ya se han realizado en Mérida.

A todo lo alto

En la actualidad hay sólo dos proyectos con más de 100 metros de altura, uno es la torre The Sky, que se erige a una altura de 160 metros, con 36 pisos, seis niveles de estacionamiento y 20 elevadores que conectarán un centro comercial con restaurantes, oficinas, consultorios médicos, corporativos y terraza. 

Hasta ahora se encuentra en construcción y sus desarrolladores planean terminarlo en diciembre de este año.

El otro proyecto, ya concluido son las Country Towers (Aqua y Terra), en Altabrisa, un complejo residencial de dos rascacielos de 110 metros de altura, a cargo de la empresa desarrolladora Inmobilia. Cada una tiene 30 pisos. El proyecto tiene aún una torre pendiente.

Hay  28 edificaciones ya concluidas con más de 40 metros de altura, lista que encabeza Adamant 810, en Cabo Norte, a espaldas de la plaza comercial La Isla, que se eleva a 72.2 metros de altura y 19 pisos, en admirable panorámica del lago del complejo. 

Le siguen las también torres gemelas residenciales Arthouse, en Altabrisa, un complejo de dos edificios de 70 metros de altura y 20 pisos, se encuentran a escasos 320 metros de las Country y el concepto es traído a Mérida por Kelman, firma desarrolladora dedicada a la creación, construcción y comercialización de proyectos inmobiliarios.

En un séptimo lugar se distingue el hotel Hyatt con sus 69 metros de altura y le sigue el edificio City 32, que alberga al hotel Palace, frente a la plaza City Center con una altura de 66 metros.

La torre Índico, en la zona de Vía Montejo, queda en el noveno sitio con sus 55 metros de altura y con un metro menos, la torre Banamex, en prolongación Paseo de Montejo, en el fraccionamiento Gonzalo Guerrero, cierra entre las 10 torres más altas con una altura de 54 y por centímetros terminan la lista las torres San Angelo 08, a espaldas de City Center, con sus 53.6 m de altura.

La lista de edificios de más de 40 metros la completan Baltia Apartments, Meridien Torre 1ª, Torre Orión Business Center, Town Square, Buyan Apartments, Faro del Mayab, Torre Onze, MID Center, Hilton Garden Inn – Uptown Center, Hotel Gamma El Castellano, Magnia Corporate Center, Cenit Professional Center, Hospital Star Medica, Torre UNO, NIA Tower, Torre Oceana, Torre Atlántida, Hotel Fiesta Inn S.XXI, Hotel Holiday Inn Express Mérida Centro, Hotel Ibis Suites Galerías Mérida y Sentinello.

En la relación de Foro Mérida se advierte, sin embargo, que hay otros 13 edificios de entre 40 y 100 metros en construcción, que se sumarán en breve a los 31 rascacielos que ya existen y hay otros 25 en proyecto. Es decir, Mérida se va para arriba con un total de 69 edificaciones de más de 40 metros.

Este crecimiento hacia el cielo es un reflejo de un cambio más amplio en la ciudad, que se ha expandido significativamente más allá de su centro histórico debido al crecimiento demográfico y económico.

PROPORCIONAL

La infraestructura existente, como las redes de agua y electricidad, así como la vialidad, necesita adaptarse para soportar el crecimiento. La normativa municipal ya establece que la altura máxima de los edificios debe ser proporcional al ancho de la vialidad, asegurando así un desarrollo coherente y sostenible.

Los nuevos rascacielos prometen llevar a la ciudad hacia una nueva era de prosperidad, pero es esencial que este crecimiento sea hacia un equilibrio entre lo nuevo y lo antiguo, entre el cielo y la tierra.

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