Fotografía: AFP

Decenas de miles de personas se manifestaron el sábado en las islas Canarias para exigir cambios en el modelo de turismo de masas que, según ellos, está devastando este archipiélago español en el Atlántico.

Con lemas como “Canarias tiene un límite” o “Canarias no se vende“, los manifestantes salieron a las calles de las principales ciudades de las siete islas que forman el archipiélago, situado frente a las costas del noroeste de África y famoso por sus paisajes volcánicos y sus numerosos días de sol.

Los organizadores de las marchas alegan que el turismo de masas perpetúa un modelo económico que perjudica a la población local y piden a las autoridades que ponga límites.

Unas 57.000 personas salieron a la calle, informaron los medios de comunicación citando a la delegación del gobierno central en las islas.

No estamos en contra del turismo“, dijo una manifestante, Rosario Correo, en la televisión pública española TVE.

“Estamos pidiendo un cambio de modelo de crecimiento de turismo ilimitado”, agregó.

La movilización pretende conseguir que se paralice la construcción de dos complejos hoteleros en Tenerife, la principal isla del archipiélago, y que se tome más en cuenta a los vecinos y el medioambiente ante un desarrollo del turismo que juzgan descontrolado.

“El gobierno y cabildos [autoridades regionales] de todas las islas tienen que detener este modelo de crecimiento corrupto infinito basado en la destrucción del medioambiente, que sólo precariza la economía”, dijo otro manifestante, Alfonso Boullon.

Canarias recibió el año pasado 16 millones de visitantes, siete veces más que sus 2,2 millones de habitantes, algo que es insostenible para los recursos limitados de las islas, según los militantes.

“Estamos hartos de la masificación, del maltrato institucional, de tener sueldos bajos (…), de que las tierras las compren los extranjeros porque tienen más dinero para comprar las tierras de nuestros abuelos”, explicó Nieves Rodrigues Rivera, una profesora de 59 años, a AFPTV.

Y la constante afluencia de visitantes agravaba la crisis inmobiliaria, disparando los alquileres, afirmó Antonio Samuel Díaz García.

“Estamos viendo cómo las viviendas vacacionales están invadiendo nuestros pueblos, eso hace que suba el alquiler, los jóvenes queremos emanciparnos y cada vez lo tenemos más difícil”, lamentó este estudiante de 22 años.

“Vemos cómo el turismo está destrozando nuestra biodiversidad”, añadió.

En Madrid y Barcelona también se celebraron manifestaciones de apoyo a las marchas en Canarias, según la televisión pública.

Las protestas contra la masificación turística se han multiplicado en los últimos meses en toda España, el segundo país más visitado del mundo y que el año pasado recibió 85,1 millones de visitantes.

El turismo supone un 12,8% del PIB español y concentra el 12,6% de los empleos.

Antes de que la pandemia paralizara el turismo en 2020, ya hubo movilizaciones importantes contra el turismo masificado en España, especialmente en Barcelona.

AFP

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