La vivienda es un derecho humano fundamental, y es responsabilidad de los gobiernos garantizar que todas las personas tengan acceso a una vivienda adecuada y asequible. No permitamos que los discursos estigmatizantes o la falta de acción gubernamental perpetúen la crisis habitacional en nuestro país.
La candidata a la presidencia de México, Xóchitl Gálvez, ha desatado controversia recientemente con sus declaraciones sobre la adquisición de vivienda en el país. En un contexto donde la crisis de vivienda es una realidad palpable para muchos mexicanos, sus palabras han generado debate y reflexión sobre la situación actual.
En una declaración, Gálvez mencionó que “si a los 60 años no han podido comprar una casa, eres bien wey/güey”, lo que ha generado una ola de críticas y cuestionamientos sobre la realidad socioeconómica de la población mexicana.
Los datos respaldan estas preocupaciones. De acuerdo con un análisis reciente, en términos reales, los precios de las casas han aumentado en un 51% en comparación con hace 18 años, mientras que los salarios han disminuido un 21%. Esta disparidad entre los ingresos y los costos de vivienda hace que sea cada vez más difícil para la población adquirir una propiedad.
Es importante señalar que las declaraciones de Gálvez se dieron en respuesta a un comentario de su contrincante en la elección, Claudia Sheinbaum, quien mencionó vivir en un departamento alquilado. Sin embargo, estas palabras reflejan una narrativa meritocrática que culpabiliza a las personas por su situación de vivienda, en lugar de abordar las causas sistémicas de la crisis habitacional en México.
La falta de regulación por parte de los gobiernos sobre el mercado de la vivienda ha exacerbado la especulación y la financiarización, lo que ha llevado a un aumento significativo en los precios tanto de venta como de alquiler de viviendas. Esto ha resultado en que un número creciente de hogares destine más del 50% de sus ingresos al pago de alquiler, o incluso que no puedan costearlo y deban vivir con otros familiares.
Es fundamental exigir políticas de regulación del mercado inmobiliario que garanticen el acceso a la vivienda digna para todos los mexicanos. Lamentablemente, esta preocupación parece estar ausente en las plataformas de propuestas de las candidaturas presidenciales.
Fuente: Gatitos contra la desigualdad