La candidata local Gisela Gaytán fue asesinada en vivo durante su primer día de campaña, convirtiéndose en un símbolo de las 27 vidas perdidas entre los aspirantes políticos en México.
Estas elecciones se han caracterizado por ser las más violentas en la historia del país, con 157 agresiones registradas por el Laboratorio Electoral, incluyendo asesinatos, secuestros, atentados y amenazas.
La falta de transparencia en el sistema judicial y la impunidad han permitido que estas acciones violentas queden sin respuesta. A medida que se acercan las elecciones, las amenazas han aumentado para candidatos de diferentes partidos políticos.
El presidente López Obrador ha instado a las autoridades locales a tomar medidas de protección, aunque también ha minimizado la gravedad de la situación. Expertos señalan que la violencia electoral en México es un problema de largo plazo, vinculado estrechamente al crimen organizado, que busca influir en los procesos electorales y controlar el poder político.
El país enfrenta un desafío para garantizar elecciones legítimas y seguras, mientras la violencia y las infracciones a la ley electoral amenazan con socavar la democracia. Esta situación refleja un problema más amplio en América Latina, donde varios países enfrentan desafíos similares en sus procesos electorales y la lucha contra el crimen organizado.
Por Fabiola Chambi
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